Spaghetti con ravioles: gobiernos de coalición
(des)conectados en Italia[1]
Renació
el amor por las coaliciones. Ya hemos discutido en
otra oportunidad algunas ideas teóricas y
prácticas políticas de este fenómeno tan europeo. Y ahora qué mejor oportunidad
que analizar en unas líneas el reciente y novedoso gobierno de coalición
formado en Italia.
Un
poco de contexto primero. A fines de 2011, el “gran Berlusca” no resistió las
presiones por los múltiples escándalos de su vida privada que afectaban su vida
pública, ni tampoco la embestida que provocó la crisis económica en Italia. Terminó
renunciando. El Presidente (“nono” de todos los italianos) Giorgio Napolitano
convocó a los líderes políticos y se decidió conformar un gobierno “técnico de
emergencia” para intentar (no) hundir al país.
Un
año de técnicos comandado por Mario
Monti fue suficiente y en febrero de 2013 se celebraron elecciones generales.
El interesante resultado fue:
Partido
|
Diputados
|
Senadores
|
Mínimos
para Gobernar
|
|
PD
+ Aliados
|
345
|
123
|
Diputados
|
Senadores
|
PDL
+ Aliados
|
125
|
117
|
315
|
158
|
Movimiento
5 Estrellas
|
109
|
54
|
||
Elección
Cívica
|
47
|
19
|
Ahí
empezó a ser importante la matemática. En la Cámara de Diputados el Partido Democrático
(centro-izquierda) tenía la mayoría necesaria y , en todo caso, podía acordar
con Elección
Cívica (centro, liderado por el saliente
Primero Ministro “técnico” Mario Monti) para sobredimensionar la coalición.
Pero los problemas de Italia son bicamerales: requiere voto de confianza en
ambas cámaras, a diferencia del resto de los gobiernos parlamentarios donde
sólo es necesario el apoyo de la cámara de elección popular. En el Senado el PD
ni con el apoyo de Monti podía alcanzar la mayoría necesaria: 142 senadores
entre ambos cuando necesitaba 158 de mínima.
Las
cuentas dieron lugar a lo imprevisible. La posibilidad de formar gobierno
logrando una gran coalición nacional entre la centro-izquierda del PD, el
centro de Elección Cívica y la centro-derecha del Pueblo de la Libertad
(liderado por Berlusconi). Todo el espectro.
Coaliciones, conexión e ideología con salsa italiana
Sin
embargo, una coalición de ese estilo podría ser “contra-natura”. Principalmente
por dos razones. Primero, porque la izquierda y la derecha italianas tuvieron
serios inconvenientes para convivir políticamente correctas durante los ’90 y
2000. Segundo, porque resultaba un alto costo político para el PD recurrir a un
aliado como Berlusconi, de quien había sido ferviente opositor y el cual no
había tenido una salida “pacífica” del gobierno. Difícil dilema cuando se le
exigía al PD credenciales para garantizar la gobernabilidad.
A no
desesperar. Hay teoría que nos ayuda a entenderlo. Repasemos algunos
especialistas.
William H. Riker (1962) sostiene que los actores de un
determinado juego político 1) tendrán mayores incentivos para pactar siempre y
cuando ese acuerdo les permita alcanzar sus objetivos, pero 2) lo harán con la
menor cantidad de socios posibles, debido a que 3) son maximizadores
racionales. Las coaliciones de gobierno serán entonces mínimas ganadoras.
Ahora
bien, otro amigo obsesionado por las coaliciones, Robert Axelrod (1970), afirmó que los partidos
políticos, además de formar coaliciones mínimas ganadoras, también tienen
interés por “conectarlas”. Es decir, no querrán elegir a sus socios pensando
únicamente en lograr el mínimo de gobernabilidad necesaria, sino que querrán
también elegir aquellos ideológicamente afines. Las coaliciones de gobierno
serán entonces mínimas ganadoras
conectadas.
¿Entonces?
El
nuevo gobierno de coalición en Italia cumple con ambas condiciones formuladas
por Riker y Axelrod. En primer lugar, es mínima
ganadora porque garantiza la gobernabilidad en ambas cámaras: el PD no
tenía otra opción que pactar con el PDL para garantizar la formación de
gobierno por ese bendito mal de la política italiana que es el Senado.
En
segundo lugar, es también mínima
ganadora conectada porque, si bien hay fuertes diferencias ideológicas
entre los tres socios, hay mancomunión en la unión contra el outsider: el Movimiento
5 Estrellas. La bestia creada por
Beppe Grillo representa el sentimiento antiestablishment y antipolítica de
Italia, lo que obligó a los actores “tradicionales” del sistema político
italiano a unir ambas puntas del continuum
ideológico para sobrevivir y enfrentar a la bestia. El status quo ante todo:
esa es la conexión.
Un
tercer elemento a destacar requerirá mayor profundidad en artículos futuros: los
tres partidos coaligados mostraron determinación para garantizar una salida de
la crisis económica sin modificaciones radicales ni virajes drásticos. En otras
palabras: PD, PDL y EC forman parte del sistema político; Beppe Grillo y los 5
Estrellas, en cambio, lo cuestionan profundamente. Frente a la necesidad de
estabilidad, lo más recomendable pareciera ser permanecer con y en el sistema, no fuera de él.
En el
gráfico de abajo se puede ver la importancia de las mayorías logradas.
Gráfico N° 1.
Distribución de bancas en la Cámara de Diputados y el Senado en Italia.
El gabinete y el balance
Claro
que estos párrafos no muestran lo difícil que fue poner en práctica este
razonamiento para los mencionados actores de esta obra teatral. Dos meses
después de la celebración de las elecciones, Enrico Letta (número dos del PD) formó
gobierno (no
sin una crisis partidaria previa). Y
qué gobierno.
Partido
|
Cantidad
de Ministerios
|
Porcentaje
|
PD
|
8
|
38%
|
PDL
|
5
|
24%
|
Independientes
|
5
|
24%
|
Elección
Cívica
|
3
|
14%
|
El
balance de este gabinete de 21 ministros es claramente favorable hacia el PD,
que también se reserva la Presidencia, deja Relaciones Exteriores en mano de Emma
Bonino (independiente, ex radical y clave en el acuerdo PD-PDL) y dos centrales
en manos de los independientes: Justicia (central en los casos que afectan a
Berlusconi y a cargo de una ex colaboradora de Monti durante el período “técnico”)
y Economía (cuyo responsable cuenta con expertise
en el FMI y el Banco Central italiano). El PDL, por su parte, obtiene como
incentivo para garantizar la estabilidad gubernamental la Vicepresidencia y el
Ministerio del Interior. Algo es algo. Y qué algo.
La
clave para el mediano y largo plazo pasará, sobre todo, por la capacidad que
tengan el PD y el PDL de convivir juntos en
el gobierno. Y no contra el gobierno.
Otro punto clave será el apoyo que tengan los independientes que manejan dos
áreas claves: las relaciones con el mundo y, especialmente, con Europa, y los
vínculos con el empresariado y la banca.
Algo
más tendremos para decir más adelante. Italia siempre nos da pasta.
Los especialistas consultados
Axelrod, Robert
(1970). Conflict of interest. A theory of
divergent goals with applications to politics. Markham: Chicago.
Riker, William H. (1962). “Teoría de juegos y
de las coaliciones políticas”, en AA.VV. Diez
textos básicos de ciencia política. Ariel Ciencia Política: Buenos Aires [1992].
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