16 mayo 2013

Spaghetti con ravioles: gobiernos de coalición (des)conectados en Italia


Spaghetti con ravioles: gobiernos de coalición (des)conectados en Italia[1]

Renació el amor por las coaliciones. Ya hemos discutido en otra oportunidad algunas ideas teóricas y prácticas políticas de este fenómeno tan europeo. Y ahora qué mejor oportunidad que analizar en unas líneas el reciente y novedoso gobierno de coalición formado en Italia.

Un poco de contexto primero. A fines de 2011, el “gran Berlusca” no resistió las presiones por los múltiples escándalos de su vida privada que afectaban su vida pública, ni tampoco la embestida que provocó la crisis económica en Italia. Terminó renunciando. El Presidente (“nono” de todos los italianos) Giorgio Napolitano convocó a los líderes políticos y se decidió conformar un gobierno “técnico de emergencia” para intentar (no) hundir al país.

Un año de técnicos comandado  por Mario Monti fue suficiente y en febrero de 2013 se celebraron elecciones generales. El interesante resultado fue:

Partido
Diputados
Senadores
Mínimos para Gobernar
PD + Aliados
345
123
Diputados
Senadores
PDL + Aliados
125
117
315
158
Movimiento 5 Estrellas
109
54
Elección Cívica
47
19

Ahí empezó a ser importante la matemática. En la Cámara de Diputados el Partido Democrático (centro-izquierda) tenía la mayoría necesaria y , en todo caso, podía acordar con Elección Cívica (centro, liderado por el saliente Primero Ministro “técnico” Mario Monti) para sobredimensionar la coalición. Pero los problemas de Italia son bicamerales: requiere voto de confianza en ambas cámaras, a diferencia del resto de los gobiernos parlamentarios donde sólo es necesario el apoyo de la cámara de elección popular. En el Senado el PD ni con el apoyo de Monti podía alcanzar la mayoría necesaria: 142 senadores entre ambos cuando necesitaba 158 de mínima.

Las cuentas dieron lugar a lo imprevisible. La posibilidad de formar gobierno logrando una gran coalición nacional entre la centro-izquierda del PD, el centro de Elección Cívica y la centro-derecha del Pueblo de la Libertad (liderado por Berlusconi). Todo el espectro.

Coaliciones, conexión e ideología con salsa italiana

Sin embargo, una coalición de ese estilo podría ser “contra-natura”. Principalmente por dos razones. Primero, porque la izquierda y la derecha italianas tuvieron serios inconvenientes para convivir políticamente correctas durante los ’90 y 2000. Segundo, porque resultaba un alto costo político para el PD recurrir a un aliado como Berlusconi, de quien había sido ferviente opositor y el cual no había tenido una salida “pacífica” del gobierno. Difícil dilema cuando se le exigía al PD credenciales para garantizar la gobernabilidad.

A no desesperar. Hay teoría que nos ayuda a entenderlo. Repasemos algunos especialistas.

William H. Riker (1962) sostiene que los actores de un determinado juego político 1) tendrán mayores incentivos para pactar siempre y cuando ese acuerdo les permita alcanzar sus objetivos, pero 2) lo harán con la menor cantidad de socios posibles, debido a que 3) son maximizadores racionales. Las coaliciones de gobierno serán entonces mínimas ganadoras.

Ahora bien, otro amigo obsesionado por las coaliciones, Robert Axelrod (1970), afirmó que los partidos políticos, además de formar coaliciones mínimas ganadoras, también tienen interés por “conectarlas”. Es decir, no querrán elegir a sus socios pensando únicamente en lograr el mínimo de gobernabilidad necesaria, sino que querrán también elegir aquellos ideológicamente afines. Las coaliciones de gobierno serán entonces mínimas ganadoras conectadas.

¿Entonces?

El nuevo gobierno de coalición en Italia cumple con ambas condiciones formuladas por Riker y Axelrod. En primer lugar, es mínima ganadora porque garantiza la gobernabilidad en ambas cámaras: el PD no tenía otra opción que pactar con el PDL para garantizar la formación de gobierno por ese bendito mal de la política italiana que es el Senado.

En segundo lugar, es también mínima ganadora conectada porque, si bien hay fuertes diferencias ideológicas entre los tres socios, hay mancomunión en la unión contra el outsider: el Movimiento 5 Estrellas. La bestia creada por Beppe Grillo representa el sentimiento antiestablishment y antipolítica de Italia, lo que obligó a los actores “tradicionales” del sistema político italiano a unir ambas puntas del continuum ideológico para sobrevivir y enfrentar a la bestia. El status quo ante todo: esa es la conexión.

Un tercer elemento a destacar requerirá mayor profundidad en artículos futuros: los tres partidos coaligados mostraron determinación para garantizar una salida de la crisis económica sin modificaciones radicales ni virajes drásticos. En otras palabras: PD, PDL y EC forman parte del sistema político; Beppe Grillo y los 5 Estrellas, en cambio, lo cuestionan profundamente. Frente a la necesidad de estabilidad, lo más recomendable pareciera ser permanecer con y en el sistema, no fuera de él.

En el gráfico de abajo se puede ver la importancia de las mayorías logradas.

Gráfico N° 1. Distribución de bancas en la Cámara de Diputados y el Senado en Italia.



El gabinete y el balance

Claro que estos párrafos no muestran lo difícil que fue poner en práctica este razonamiento para los mencionados actores de esta obra teatral. Dos meses después de la celebración de las elecciones, Enrico Letta (número dos del PD) formó gobierno (no sin una crisis partidaria previa). Y qué gobierno.

Partido
Cantidad de Ministerios
Porcentaje
PD
8
38%
PDL
5
24%
Independientes
5
24%
Elección Cívica
3
14%
(Pueden ver un gráfico interesante con pequeños desajustes acá)

El balance de este gabinete de 21 ministros es claramente favorable hacia el PD, que también se reserva la Presidencia, deja Relaciones Exteriores en mano de Emma Bonino (independiente, ex radical y clave en el acuerdo PD-PDL) y dos centrales en manos de los independientes: Justicia (central en los casos que afectan a Berlusconi y a cargo de una ex colaboradora de Monti durante el período “técnico”) y Economía (cuyo responsable cuenta con expertise en el FMI y el Banco Central italiano). El PDL, por su parte, obtiene como incentivo para garantizar la estabilidad gubernamental la Vicepresidencia y el Ministerio del Interior. Algo es algo. Y qué algo.

La clave para el mediano y largo plazo pasará, sobre todo, por la capacidad que tengan el PD y el PDL de convivir juntos en el gobierno. Y no contra el gobierno. Otro punto clave será el apoyo que tengan los independientes que manejan dos áreas claves: las relaciones con el mundo y, especialmente, con Europa, y los vínculos con el empresariado y la banca.

Algo más tendremos para decir más adelante. Italia siempre nos da pasta.

Los especialistas consultados

Axelrod, Robert (1970). Conflict of interest. A theory of divergent goals with applications to politics. Markham: Chicago.

Riker, William H. (1962). “Teoría de juegos y de las coaliciones políticas”, en AA.VV. Diez textos básicos de ciencia política. Ariel Ciencia Política: Buenos Aires [1992].



[1] Leviatán agradece los comentarios de dos destacados especialistas sobre el tema: MDL y MPB. Sin ellos, la ensalada sería más compleja.

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