Es la primera vez que me toca
hacer esto. Creo que nunca te podés preparar para semejante noticia. Menos para
que, quienes cada tanto escribimos algo para compartir, tengamos que hacerlo
con una triste. Hoy, miércoles 2 de septiembre al mediodía, falleció Paola De Simone. Profesora mía hace varios años, colega y compañera de trabajo hoy pero,
sobre todo, una amiga.
Cuando algo así pasa uno se
pone a pensar en todo. A mí me pasó que no puedo todavía creer que el contacto
cruzado con ella hace pocos días fue que seguía tos. Tos. Uno piensa, “bueno,
es tos. Pasa”. Esta vez no pasó. A ella se le vino encima esta pandemia y se le
mezcló con otras complicaciones. Este virus no mide. Ni con ella, ni con nadie.
También pasa, cuando algo así
pasa, que uno recrea para atrás todo lo que esa persona significó para en nuestra
vida. En nuestra disciplina hay como una tradición para contar todo lo que hizo
en términos profesionales. Creo que quienes la conocieron saben bien toda esa
historia, no me tienen que leer.
Yo quiero compartir la fortuna
que tuve de conocerla personalmente y entonces poder afirmar que cada
estudiante que pasó por sus aulas, cada colega que compartió un proyecto con
ella, cada compañero que la tuvo en su oficina se llevó consigo su calidad
humana. Humana, por sobre todo lo demás.
Paola era politóloga, profesora,
maestra, colega, profesional, todo de primera. Podías hablar sobre cualquier
tema político que se te ocurriera, desde el municipio más ignoto hasta el
conflicto internacional más peligroso. Podía con todo. Pero primero que todo era
persona.
El “no” no era algo usual en
ella, siempre había algún re-truco. Hace poco me tocó compartir una actividad
virtual con ella. En el medio, ese maldito Internet que se te traba en cuarentena
la hizo cambiar de lugar de la casa, pasando por cuanta situación cotidiana se
imaginen en el medio. Eso fue con una sonrisa. Eso era ella, una sonrisa
siempre, frente a cualquier desafío o dificultad.
Esta vez me toca demasiado
cerca algo que por ahora era solo un número, una noticia, un título, una
crónica. A mí y a todos los que la conocimos, los que hablamos, los que la
escuchamos, los que compartimos con ella. Para todos nosotros, Paola no es un
número más en esto. Hasta el mismo día de ayer estuvo dando clase con tos. Si,
con tos. No pasó.
Ella siempre podía con todo. Siempre con una sonrisa. Siempre con un re-truco. Siempre con más. Esta vez no pudo. Te vamos a extrañar, Pao. Mucho. Adiós, amiga politóloga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario