27 enero 2010

Vamos para aquel lado. No! Ahora para allá

Ayer por la tarde, leyendo este artículo, me surgieron un par de dudas y comentarios. En el mismo, Oppenheimer comenta que ve difícil que se arme un frente anti-Chávez en la región a partir de la elección de Piñera como Presidente de Chile. Si, seguimos hablando de Chile.


Puede pensarse que Piñera, siendo representante de la derecha democrática chilena, puede hacer migas con otros presidentes de la región y de color político parecido. Esto serviría para hacer de contrapeso al socialismo de Chávez y sus amigos marxistas en Latinoamérica.


Creo que esto abre el debate sobre un tema más profundo: si América Latina está girando ahora para la derecha.

Viento en popa, con la victoria de Lagos hace 8 años, luego con Evo, Tabaré, Kirchner –si, pintaba de izquierda-, Lula y así sucesivamente, la región se pintaba de rojo. Clarito para algunos, pasión para otros.


El Tío Sam estuvo particularmente preocupado por eso. Y la academia politológica no paraba de hacer énfasis en esta tendencia. El patio trasero otra vez en contra.


Claro que ahora la tendencia vuelve a cambiar. La victoria de Piñera en Chile, las buenas chances de Serra en Brasil –gobernador de San Pablo, apunta a la centro-derecha-, Uribe en Colombia –otro que se quiere quedar bastante rato como Chávez- y algún otro perdido por ahí, alientan a considerar el nuevo giro. Solo se salva Uruguay. Nosotros ya estamos perdidos fuera del espectro político: nadie sabe dónde ubicar al Peronismo.


Sin embargo, para mí hay un poco de exageración en el tema. Creo que muchas de las causas de la victoria de los partidos de centro-derecha/derecha en la región se deben a errores propios de los de izquierda. Y particularmente en lo que respecta a candidaturas. Chile es el ejemplo claro –por las dudas chusmeen acá-. Brasil aparenta ir en el mismo camino: Lula se empecina en impulsar la candidatura de una de sus ministros que no logra subir en intención de voto.


Lo segundo que destaco es que los partidos de derecha pueden aprender a rescatar los logros de los gobiernos de izquierda. Eso ocurrió también con los vecinos del otro lado de la cordillera. La izquierda logró reducir la desigualdad y crecer sostenidamente durante más de una década. Ningún nuevo gobierno, sea del color que sea, puede darse el lujo de dejar de lado estos hechos.


“Ya no hay más izquierdas ni derechas. Ahora sólo hay gestión”. Que discurso aburrido. No vamos a ningún lado.


No nos dispersemos. América Latina puede adoptar otro color político ahora. Pero Doña Rosa no vota creyendo en esas distinciones ideológicas, sino en propuestas y candidatos que surgen de esos partidos. Vota políticas públicas.


¿Y la ideología entonces? Es la base sobre la que surgen esas propuestas. ¿Entonces sí existe? ¿Somos animales ideológicos todavía o nos da todo igual?


Eso es tema de otro post más adelante. Ahora quedémonos esperando a ver qué pasa en este pedazo del mundo. Sino nos mareamos.

1 comentario:

  1. Concuerdo en eso de que la gestión es la que atrae el voto de la gente, sin distinguir el color.
    Creo que el problema podría relacionarse con la falta de distinciones entre las distintas ideologías. En realidad, no me parece que los electores tengan en la mesa la elección de un modelo u otro. Además, si tomamos el caso de Argentina, los "vaivenes" del modelo se dieron de la mano del mismo partido político.
    Por otro lado, tambien esta el tema de la falta de planificacion a largo plazo y las crisis recurrentes... la busqueda de soluciones inmediatas evita también que puedan concretarse modelos de país -en el caso de que los haya- y lleva a la busqueda de alternativas -o de opciones que parecen alternativas nada mas-, en mi opinión.

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