25 marzo 2010

El monstruo (peronista) de cuatro cabezas

Yo me pregunto qué pasa con las elecciones presidenciales de 2011. Me lo pregunto todos los días. Y lo hago porque siento que es lo único atractivo para pensar e imaginar. El Congreso está paralizado. Las amenazas se cruzan desde Plaza de Mayo hasta la otra punta en Congreso. Entonces, me pongo a pensar quién puede ser candidato. Y quién no.


Empiezo hoy con el Peronismo (sí, con mayúsculas). Me doy cuenta que no hay un candidato único que logre a) encolumnar a todo el movimiento (oficialistas y detractores, políticos y sindicalistas), b) despierte el interés de amplios sectores de la sociedad y c) sus aliados internos no crean que los vaya a traicionar.


Como no hay un candidato único, encuentro ¼ de candidato en cuatro figuras. Acá están, ellos son: Carlos Alberto Reutemann, Francisco De Narváez, Néstor Kirchner y Daniel Scioli. Pero, ¿por qué de a cuartos y no el kilo entero?

Reutemann es el candidato que todos quieren. Puede unir al Peronismo, encolumnar el aparato partidario, despierta apoyo popular en sectores medios del electorado (es el que hace ganar los comicios) y nadie duda de su integridad. Pero el candidato que todos quieren que sea, él no quiere ser.


Ya pasó en 2003 cuando Eduardo Duhalde lo tentó. “Vi algo que no me gustó” lo inmortalizó y dejó pasar la chance. Ahora de nuevo golpea su puerta, pero nadie sabe si va a atender. El primer ¼ es una incógnita.


Francisco De Narváez es el segundo. Él es el candidato que sí quiere ser pero que no todos están seguros de que sea. Tampoco está claro si puede serlo. El hecho de ser colombiano de nacimiento abre una laguna legal en la Constitución Argentina que dejar a criterio de la Corte Suprema habilitarlo o no para finalmente ser. Que haya peleado por la gobernación en 2007 es un buen antecedente. Para él, claro.


¿Por qué no todos están seguros? Algunos peronistas consideran que con él se avecina un menemismo Siglo XXI. Otros desconfían de sus antecedentes empresarios y su mala relación con los sindicatos en épocas de Casa Tía. Lo único que tiene a favor es cierto apoyo popular, ser una cara renovadora de la política y aparecer cada tanto en el programa de Tinelli.


El tercer cuarto es Néstor Kirchner. Éste sí que puede disciplinar a muchos. Por ahí no a tantos, a algunos. Pero que sabe como hacerlo, sí sabe como hacerlo. Astuto político como pocos, ha sabido moverse hábilmente, sumar apoyos y tomar la iniciativa política en épocas de rechazo social y derrotas electorales.


Pero tiene el mayor problema de todos los ¼: la sociedad no lo acompaña. El electorado medio, en realidad. Son esos sectores que creyeron en su discurso renovador en 2003 los que, precisamente, se sienten traicionados y hartos de una lógica de hacer política basada en la confrontación. Más de lo mismo.


Son, también, aquellos hartos de la imprevisibilidad e inestabilidad de una economía que nunca se sabe para dónde va a agarrar. Acá es donde tal vez pierde la capacidad de disciplina. No son pocos los dirigentes peronistas que descreen que K pueda vencer en las próximas elecciones presidenciales. El conflicto con el campo lo dilapidó. Y la gente se hartó.


Para completar el kilo (el candidato peronista) tenemos a Daniel Scioli. Puede ser que sea una cara renovadora. Puede que también encuentre eco en amplios sectores sociales apoyándose en su gestión provincial. Y también es probable que logre encolumnar al Movimiento detrás de su figura.


Pero éste es el problema: probable. Aún no se sabe a ciencia cierta para qué lado patea Daniel Scioli. Tuvo la oportunidad de hacerse cargo del PJ luego del cataclismo provocado por el 28-J, pero no dio señales a los demás dirigentes peronistas. Prefirió quedarse pegado a Kirchner y ató su suerte electoral a él. En lugar de abrir el diálogo, sumar gobernadores, disciplinar la tropa de legisladores y enviar señales de tranquilidad al sistema político, dejó todo como estaba.


En política, cuando tenés la chance de actuar por iniciativa y no lo hacés o lo hacés a medias, generás desconfianza. Y eso es lo que le falta a Scioli: confianza del resto del Movimiento detrás de su figura. Además, es la antítesis de Reutemann y De Narváez, con lo cual o negocia con ellos o va a internas. Sea como sea, debe competir.


Como un monstruo de muchas cabezas, el Peronismo tiene cuatro figuras que no logran entre ellas hacer un candidato único. A alguno le falta lo que tiene el otro. Falta de ganas, incapacidad legal, rechazo social o desconfianza dirigencial.


Pero no podemos sumar cuatros personas en una. Por oposición política o simple anatomía humana. Sino sí que sería un monstruo de verdad.

5 comentarios:

  1. grande el análisis. en cuatro pinceladas has descrito cómo está el complicado mundo del peronismo hoy. gracias!

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  2. Muy buen análisis! Igual me parece que Kirchner es el único que tiene respaldo a nivel nacional. El cataclismo que decís del 28-J no fue para tanto, un par de puntos porcentuales no es cataclismo! A nivel nacional es el único que tiene asegurado votos. a de Narváez en el interior del país no lo conocen, a Scioli lo ven como un pinche/idiota útil de turno, y a Reuteman medio viejito gagá.-

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  3. Chimoeneas, gracias por tus comentarios.
    Igual para Bárbara. Tenés razón lo que decís de los puntos. En realidad apuntaba al doble efecto que tuvo para el kirchnerismo el resultado electoral. Por un lado, que más del 70% haya votado por oposición (heterogénea y dispersa, cierto). Por el otro, al hecho de perder la Provincia de Buenos Aires siendo ésta históricamente peronista, con el oficialismo gobernándola y con el aparato partidario controlado por K. Eso para mí es cataclismo.
    A nivel nacional yo esperaría a ver que pasa con los otros tres candidatos. Hoy en día es así, pero puede pasar cualquier cosa en este mundo peronista.

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  4. si! la verdad que el futuro es un gran signo de interrogación!
    Te quiero ver escribiendo esto de la oposicion! jajajaj por lo menos te vas a divertir!
    Saludos!

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  5. Muy buen análisis de algunos de los posibles candidatos peronistas y un excelente remate de la nota.
    Disiento con Bárbara, el único respaldo de Kirchner es la caja y, si bien desconozco su origen, no parece provenir del otro lado de la General Paz. Esto a su vez me trae una pregunta, ¿si las provincias son "el interior", la Ciudad de Buenos Aires es "el exterior"?
    "El peronista arrepentido"

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