21 marzo 2010

Europeos (in)capaces en aprietos

“A veces sentimos (o casi siempre) que se vive en una situación continua y permanente de crisis. Todo está mal, nada está bien. Los precios suben, los dirigentes no hacen nada. Nunca se ponen de acuerdo, siempre discuten y pelean. Las imágenes positivas bajan y las negativas suben. Ninguna fuerza política convence a nadie de que puedan resolver esta crisis”.


Bueno, los europeos no están tan lejos de eso tampoco. De ahí el título de este post. La realidad es que las economías europeas aún no logran dejar atrás el fantasma de la recesión que comenzó a afectarlas el año pasado, producto de esa gran “crisis” que inundó el mundo de pesimismo y preocupación desde mediados del 2009.


Y les está pasando factura a los dirigentes. Están en aprietos, de eso no cabe duda. ¿Pero todos? Sí, todos. No se salva ni uno. Conservadores, progresistas, democratacristianos, socialistas. Todos (por lo menos de la parte occidental del Viejo Continente).


Algunos ejemplos. La coalición de centro-derecha que gobierna Alemania desde octubre del año pasado ya está recibiendo críticas por el mal manejo de la economía y la ausencia de medidas para paliar el desempleo. A eso se suman cuestionamientos al liberal Ministro de Relaciones Exteriores y socio de coalición de Angela Merkel (demócratacristiana), Guido Westwerlle, por aprovechar sus viajes diplomáticos para cerrar negocios personales y ajenos.


Pasemos a España. El golpeado socialista Jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, tampoco logra encontrar fórmulas para salir de la crisis económica que afecta a España y que provocó un aumento del desempleo hasta el 20%. Altísima tasa para una economía pujante durante las últimas dos décadas.


¿Y Gran Bretaña? Los laboristas también enfrentan serios problemas económicos y críticas similares a las vertidas sobre los liberales en Alemania. Gordon Brown, actual Primer Ministro británico, parece incapaz de revertir la recesión económica y de mejorar la imagen de sus propios dirigentes acusados de incrementar los gastos de representación oficiales para beneficios personales.


Italia tampoco se queda afuera. Silvio Berlusconi se lleva las de perder. El amo y señor de los escándalos judiciales y personales ha empezado a encontrar fuertes focos de resistencia social (cualquier duda ver acá y acá). Para variar un poco, Italia tampoco puede salir de la recesión económica, el desempleo aumenta y el malestar social por una dirigencia incapaz de revertir todo este lío crece, crece, crece…y crece.


Me olvidaba de Francia. Nicolas Sarkozy (centro-derecha similar a Alemania) está en las puertas de una derrota electoral clave para su mandato como son las elecciones regionales (segunda vuelta celebrada hoy domingo). Otro más que no pudo sobrevivir a la crisis ni al voto castigo de un electorado apático en elecciones que no son nacionales. Pero sí las serán en 2 años.


¿Qué une estos panoramas electorales adversos y presiones sociales desfavorables? La “crisis”. Sean de derecha o izquierda, liberales, socialistas, conservadores, demócratacristianos, laboristas: todos sufren los efectos de la “crisis” en las urnas. El voto castigo se ha convertido en norma en Europa Occidental y ha comenzado a mermar cierto apoyo popular hacia estos dirigentes. Apoyo que suele traerles paz y tranquilidad.


El problema tiene nombre y apellido: Dirigentes Políticos. Las sociedades europeas cuestionan que, en épocas de economía inestable, sean los dirigentes los responsables de una tendencia desfavorable para sus bolsillos que no se revierte. Y encima osan aprovechar los beneficios personales de la función pública. Como en Alemania, Gran Bretaña e Italia. Robert Michels tenía razón.


Pero todos los gatos fueron a parar a la misma bolsa. En España, Gran Bretaña e Italia aquellas fuerzas políticas opositoras a los gobiernos de turno (conservadores en los dos primeros, de izquierda en el tercero) no logran elevar su intención de voto ni incrementar su apoyo popular para las elecciones venideras. Tan solo un margen que va del 2 al 4% de ventaja los deja parcialmente tranquilos. Un poco inquietos tal vez. No alcanza para gobernar en paz.


Sólo Francia y Alemania zafan: las oposiciones de izquierda sí han aprendido a capitalizar el descontento social en propuestas, además de mantenerse unidos en un proyecto en común. En el primero tomaron la posta de las elecciones regionales. En el segundo tendrán que esperar agazapados un par de años más para hacer lo mismo en las nacionales.


“Por eso Doña Rosa, no se queje. Vea que acá en el Sur siempre nos quejamos y allá en el Norte tampoco les va tan bien. Corrupción hay en todos lados. Incapacidad dirigencial también. La crisis es mundial, recuerde. Sube todo acá y allá. Se quejan todos. Nadie se salva. Ni lo dirigentes”.

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