08 marzo 2010

El “Pepe” y Cris, un solo corazón

Qué lejos estamos de Uruguay. A simple vista, parece una paradoja. Cruzamos el charco y ahí tenemos a los hermanos orientales. Toman mate, como nosotros. Juegan al fútbol, como nosotros. Les gusta el baile y la murga, como a nosotros.


Pero qué lejos estamos. O por lo menos así lo siente uno. El lunes pasado, dos horas después de que Cristina Fernández de Kirchner diera inicio a las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, José “Pepe” Mujica asumía la Presidencia de Uruguay. Ahora sí somos distintos.


¿Para tanto? Esto también es una paradoja. Y no quisiera pecar de subjetividad, sino todo lo contrario. Lo que voy a contar serán simples hechos. Las conclusiones las sacan ustedes. Y si quieren, comentan más abajo donde dice “panelistas”.


Cristina K llegaba al lunes 1 de marzo en medio de una batalla política sin precedentes. El oficialismo kirchnerista (me encanta llamarlo así, no se por qué) venía salvado por la campana el miércoles anterior cuando casi pierde el control del Senado. La Cámara de Diputados ya la había perdido por goleada. A eso se sumaban los sucesivos frenos judiciales en el Reservas-gate del verano.


¿Qué se le ocurrió hacer? Salir con los tapones de punta. A las ya clásicas críticas a los medios, la oposición “irresponsable”, el Partido Judicial y “los golpistas de siempre”, se sumaron dos nuevas faltas de respeto.


Primero, anular los DNU que establecían el pago de la deuda externa con reservas del BCRA. Pero, tomando por sorpresa a todos, firmó otros dos decretos (uno de urgencia y otro simple) que volvían a establecer el pago de la deuda con reservas del BCRA. No, no estoy repitiendo por error. Así pasó. Al mismo tiempo, Mercedes Marcó del Pont, flamante presi del BCRA (por ahora), autorizaba el traspaso de los fondos para hacer operativo el pago.


Segundo, con un nuevo llamado a la “no negociación” con la oposición. Dejó fuera de su discurso temas centrales de la agenda política actual, como la reforma del Consejo de la Magistratura y la coparticipación del impuesto al cheque. Todas propuestas del arco político opositor. Sus operadores políticos se encargaron de reforzar esta estrategia durante el resto de la semana al aclarar que “hay cosas innegociables” y que “no firmaremos la rendición incondicional”.


Parece el desembarco en Normandía.


¿Qué hizo el “Pepe” dos horas después? Todo lo contrario. El ex-guerrillero devenido en Presidente, defendió las instituciones de gobierno, resaltó la necesidad de llamar a la oposición “rosada” (blancos y colorados) para elaborar políticas de Estado a largo plazo y se empecinó en mantener la tranquilidad empresarial en cuanto al manejo de la economía.


Mención aparte merece el mensaje hacia los militares. Esos a quiénes combatió durante los ’70 ahora ven como accede a la máxima autoridad estatal. Ahora los militares deben obedecer a ese ex-enemigo del Estado burgués. Pero “Pepe” no se lo tomó como una venganza, enfatizó la necesidad de dejar atrás las disputas y construir para adelante.


¿Tan parecidos y tan distintos? Mientras que de este lado del charco toda la política es paradoja constante, nuestros vecinos siguen un camino estable, legítimo y consensuado.


Quiero puntualizar sobre esta cuestión de la paradoja política constante. Estos días me detuve a pensar lo irrisorio que resulta abrir las sesiones ordinarias del Poder Legislativo Nacional y anunciar, en el mismo discurso, la firma de dos decretos presidenciales que pasan por arriba a esos mismos legisladores-oyentes y que tienen la potestad de discutir esas decisiones. Con el DNU uno se olvida de todo eso.


No vemos situaciones de esta índole en otros países. Ni en Europa, ni en Latinoamérica. Tampoco en Uruguay, que están acá a la vuelta. Dan ganas que “Pepe” cruce el charco.

2 comentarios:

  1. Muy interesante la paradoja que planteas. Si en vez de cruzar el charco, cruzamos la cordillera encontramos un panorama parecido. O sino, como explicar que Bachelet, quien se va con una imagen muy positiva, este dejando su mandato en manos de un representante de la oposicion. La gente eligio un cambio de mandatario, pero no un cambio en las politicas de Estado a largo plazo. Teniendo una base acordada entre oficialismo y oposicion, se hace mas facil seguir una linea a traves del tiempo. Me alegra mucho que Uruguay apunte a ese camino, pero me entristece ver que aca no hay todavia indicios de que se quiera virar el timon hacia ese lado.

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  2. Parece que en Uruguay han aprendido a usar el lenguaje de las metáforas: dicen menos palabras que significan muchas más! Altísimo nivel el de Pepe Mujica cuando habla de una oposición 'rosada'... Acá nosotros ni siquiera pensamos en colores porque hasta las boinas blancas están manchadas de óxido. Muy buen criterio en el desarrollo de ideas! Te felicito.

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