Un Presidente-Secretario de Sudamérica para el mundo

Hace dos semanas los 12 que dirigen los destinos de UNASUR eligieron por unanimidad al ex-presidente Néstor Kirchner como su Secretario General. Ya pasaron algunos días de aquella bomba mediática, pero preferí dejar pasar un tiempito para sentarme a analizar posibles escenarios futuros y algunas observaciones sobre el cargo en sí (y la persona que lo ocupa también). En el medio pasó de todo (sigue pasando al día de hoy): se debatió sobre la renuncia o no a su banca de Diputado, la aprobación o no de la designación (incluso del tratado constitutivo mismo), que funcionarios lo acompañarán.

Trivialidades. La cuestión de fondo y que deja picando la pelota para patear es esto: un ex–presidente argentino, cuestionado por sus cualidades diplomáticos, con escasa propensión al diálogo y reacio al protocolo, se ha convertido en el representante y emisario de Sudamérica para el resto del mundo.

Ahí radica lo asombroso de la situación. A Kirchner se lo critica por todas esas cualidades. También por su voracidad política y su escasa predisposición a incluir en “la mesa política” a dirigentes y funcionarios que piensan distinto.

Pero, claro, esto es puertas adentro. Hacia el exterior la imagen es otra totalmente distinta: un experimentado político, fiel representante de los vientos progresistas que soplan por la región, capaz de encolumnar tropas y aunar posturas divergentes. Fin de la discusión. Nadie más se pregunte que pasó por la cabeza de Lula, Lugo, Correa, Chávez, Evo, Mujica (y hasta por la de Piñera) al designarlo Secretario General.

Tampoco será una tarea sencilla. Kirchner en funciones será simplemente un Primus inter pares: el primero entre los pares. Esto quiere decir que ha recibido el mandato expreso de parte de 12 presidentes para que actúe como su vocero, representante y negociador. Es más fácil que lo haga uno sólo, a que lo hagan 12.

Acá radica lo particular de la situación. El flamante Secretario General no tendrá detrás suyo a diputados, senadores, intendentes, concejales o, incluso, gobernadores, sino que serán presidentes. En una escala de autoridad estatal de un sistema presidencialista, la cabeza visible y figura central, es, precisamente, el Presidente. Ello implica que, a la hora de imponer su estilo particular de hacer política, Kirchner no deberá olvidar a sus pares ni mucho menos su capacidad de presión. No serán inferiores, serán iguales.

También hay que prestar atención a cómo tomará esta designación la Comunidad Internacional. En Estados Unidos y en Europa existen voces críticas por el estilo discrecional antes mencionado, tanto de parte de empresarios como de dirigentes políticos. Y como es sabido, la cocina del poder se encuentra en esos dos polos regionales. Los chinos, por su parte, es probable que sigan ofendidos por el desplante.

Por lo que, si la nueva personalidad no es del todo bienvenida, difícil será que UNASUR pueda posicionarse globalmente como voz regional con poder de decisión. Ahora sí que son importantes el protocolo y los buenos modales.

Casi se me pasa analizar que puede significar esto para la Argentina. En términos diplomáticos, dependerá exclusivamente de la capacidad de Kirchner para convertirse en uno. En términos de “elecciones 2011”, en mi opinión (disparen si lo desean) clarifica un poco el mapa de las candidaturas. Me resulta difícil pensar que tanto lobby realizado para ser Secretario General sea luego tirado por la borda para convertirse el año próximo en candidato del PJ. Por ende, Kirchner dejaría el camino casi-abierto para que Daniel Scioli sea el edil K en la interna peronista.

Con Scioli Presidente, Kirchner Secretario y Cristina en algún lado, el kirchnerismo se aseguraría nuevos espacios de poder y podrían esperar unos años más antes de que les caiga encima una batería de denuncias por corrupción. A no olvidar: estos cargos públicos otorgan cierta inmunidad en procesos judiciales, además de entregar la llave del poder.

Al final la política siempre nos da sorpresas y nos genera asombros. Quién hubiera pensado el año pasado que Kirchner (el del bastón al revés, el de los desplantes a Bush y el de muchas otras cosas más) iba a ser emisario regional dentro de una naciente organización internacional. Por suerte, es así de atractiva. Doña Rosa tiene de qué hablar.