Tuve que tomarme unos días para analizar detenidamente los resultados de la elección interna radical en
Lo que me llama la atención es, primero, la altísima atención que le prestó la prensa a esta interna provincial de
La segunda particularidad que encuentro es que el resultado final tiene dos lecturas posibles, dependiendo de quién la haga: Alfonsín o Cobos. Las voy a describir yo.
Ricardo Alfonsín, alentado por muchos de sus socios políticos (radicales y no-radicales) y queriendo recuperar la mística de su padre, no ocultó cierta pretensión presidencial en estos últimos meses. Para concretar ese deseo, se vio en la obligación de contar con una estructura institucional lo suficientemente fuerte para construir poder localmente y consolidarlo a nivel nacional. Necesitaba recursos partidarios.
¿Por qué? Tradicionalmente
Esto es propio de la idiosincrasia radical. La importancia que tiene la vida interna partidaria para
A Julio César Cleto Cobos esto lo complicó. Bastante. Primero, porque hasta hace dos semanas era el único candidato ¿radical? claramente en carrera hacia
La carta que ya no podrá seguir jugando es la de jugar a medias. Hasta ahora Cobos únicamente había interferido en campañas electorales (provinciales, locales o incluso internas) muy tibiamente. Expresaba un leve apoyo a un candidato de su preferencia pero se negaba a plegarse al éxito de su candidato: así pasó en Catamarca con Brizuela del Moral. Tampoco lo hacía en la derrota como hace dos semanas en las internas radicales.
Cobos tampoco ha normalizado aún su situación en
Por eso la victoria de Alfonsín puede ser otra piedra a este retorno en masa. Daniel Katz (espada cobista en diputados) y Mario Meoni (espada cobista entre los intendentes) pertenecen al distrito bonaerense.
Este panorama no implica que la designación presidencial del heredero alfonsinista sea automática. Tampoco que Cobos deje de ser el mejor posicionado ante la opinión pública. Aún queda tiempo para esa pelea. Pero, por lo menos, se pudo añadir un poco de pimienta a la política cotidiana.
Si teníamos el temor de que la aburrida pelea estelar de 2011 iba a ser Cobos-Kirchner (tan anunciada desde las 125), ahora por lo menos tenemos algunas disputas preliminares. Luego habrá que analizar qué candidatura le conviene a cada uno. Y qué le conviene al sistema político. La dejo picando. Para la próxima.
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