20 octubre 2010

Tres preguntas sobre Daniel Scioli

El enigma llenó los diarios. Las especulaciones y dudas en la prensa escrita no dejaron de aflorar. Hasta los mismos peronistas disidentes que lo criticaban hace unos meses (como este) se animaron a “tentarlo” (un caso es este).

La novedad/novela/noticia del mes: Daniel Scioli está en boca de todos. Y es el candidato de todos. ¿Desde cuándo? Desde que Néstor Kirchner lo retó (para verlo, acá) hace aproximadamente un mes.

Hoy Daniel Scioli es uno de los grandes enigmas de la política argentina. Y eso me hizo venir a la mente tres preguntas sobre lo que puede pasar y lo que pueden hacer que pase tanto críticos como elogiadores de su figura pública.

Este tema ya lo discutimos en este medio aunque con otro enfoque.


¿Qué hizo Daniel Scioli para merecer esto?

El actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires ha logrado posicionarse a sí mismo en un delicado balance entre oficialismo kirchnerista y buena aprobación pública. Es vox populi (no una “sensación”) que desde la resolución 125 y el conflicto con el campo la imagen positiva del matrimonio presidencial ha caído por debajo del 30%, con algunas oscilaciones para arriba y para abajo. Situación que se ha potencia por un sinnúmero de conflictos político-institucionales (este, este, este, este y este)

Bueno: Scioli no lo vivió. Su imagen positiva se ha mantenido relativamente estable y su imagen negativa en baja. Esto ha sido posible gracias a la estratégica decisión de concentrarse en la gestión de la Provincia y abrirse de los debates desgastantes y bizantinos con Clarín, la Corte Suprema, la Ley de Medios y la oposición destituyente. Gran jugada.

Se ha erigido así como la figura moderadora dentro del oficialismo kirchnerista, lo cual no es poca cosa. Una novedad.

No ha tomado el primer lugar de la fila de peones, se ha quedado en un segundo plano. No es el que choca y embate contra las corporaciones y la oposición política. Eso queda en manos de Néstor y Cristina. Scioli simplemente acompaña y declara apoyo a las medidas del Gobierno Nacional.

Esa es su virtud.


¿Qué pretenden los gobernadores peronistas (aliados y disidentes)?

Lo mismo que pretenden cada cuatro años: no perder la Presidencia en manos de la UCR. Ese puede ser el factor de unión que acerque a todos los gobernadores peronistas, sean disidentes o sean opositores. Y la mejor solución para evitar cuatro años fuera de la Casa Rosada será elegir al candidato del PJ con mayor aceptación social.

Acá es donde la presión de los gobernadores puede jugar a favor de Scioli. Si en las encuestas Daniel llegara a medir mejor que Néstor o, incluso, mejor que Cristina, los titulares de los distintos ejecutivos provinciales pueden aumentar la presión política a su favor.

Dos herramientas le juegan a favor. Primero, los gobernadores cuentan con la potestad de fijar la fecha de elecciones locales y, por ende, poder ir o no en concurrencia con las elecciones nacionales. Kirchner es consciente de esto y sabe, además, que precisa del arrastre de los fuertes aparatos partidarios locales para alcanzar el 45% de votos (o 40% + 10 de diferencia) que lo depositen cuatro años más en el Poder Ejecutivo Nacional.

El dato no es menor si se tiene en cuenta que en los principales centros urbanos (Capital Federal, Córdoba, Rosario, Mendoza) su figura no tiene mucha aceptación pública.

Segundo, el control del Senado. Relacionado con el punto anterior, los gobernadores también controlan, en cierta medida, a los senadores nacionales a través de la designación y obtención de la candidatura partidaria para esos puestos. Tengamos en cuenta que a) todavía resta un mes y todo un año de sesiones ordinarias en el Congreso Nacional, b) el Senado está paralizado en un delicado empate 36 a 36 y c) ocho provincias elegirán senadores en el 2011.

Resultado: Kirchner debería prestarles atención. Aunque sea un poco.


¿Qué quiere (o puede) hacer Néstor Kirchner?

Entonces, si todo sigue como venimos pensando que puede llegar a pasar, a Néstor Kirchner le pueden quedar algunas pocas cartas en la mesa. Si presiona para que el o la candidata presidencial sean él o Cristina, entonces corre el riesgo de quedarse sólo y, tal vez, perder.

Si, en caso contrario, cede un poco ante la presión de sus aliados a causa de los resultados arrojados por las encuestas de imagen, entonces podría recluirse en Santa Cruz y candidatearse a Gobernador por sus pagos.

Esta segunda opción no sería del todo negativa ya que le aportaría tres ventajas en términos de poder político.

Primero, podría mantener la Presidencia del PJ que, aunque sea una mera formalidad (Levitsky dixit), le permitiría conservar cierto control de la tropa peronista. Segundo, se erigiría como un potencial actor de veto en la arena nacional, dependiendo de cómo quede el escenario político post-2011. Tercero, no dejaría el protagonismo político en manos de Scioli (como sí le ocurrió a Duhalde con él) y se mantendría en escena, activo y listo para el retorno.

Tal vez un plus para este último punto sea volver a conformar la Liga de Gobernadores peronistas (ya famosa en Argentina) bajo su liderazgo. Habrá que ver (todo es hipotético) en qué medida un Scioli Presidente le da ese margen de acción y que tan consensual es el ejercicio del poder.


¿Entonces? Habrá que esperar. Estos son algunas meras especulaciones en base a lo que pasó en el mundillo político las últimas semanas que, sin embargo, no dejan de ser posibilidades concretas. Se puso interesante. Gracias diarios La Nación y Clarín.

4 comentarios:

  1. Hola Facundo, buen blog, lo estuve viendo.

    Creo que el hecho de que se vea a Scioli como un candidato viable a la presidencia proviene de la misma dinámica de la política nacional de los últimos años. La estrategia del kirchnerismo a estas alturas parece clara: que los que no nos quieren al menos se resignen a que somos la única alternativa seria y viable. Por eso se han ocupado de operar sobre cualquiera que mostrase alguna voluntad de presentarse a presidente.

    El kirchnerismo y su dinámica de debate furibundo no los desgasta solo a ellos, sino también a aquellos a quienes logran arrastrar al barro a pelear. Scioli no se salió del molde y, como bien decís vos, no se metió en el barro de las discusiones, por eso sigue limpio; en un contexto en el que los posibles candidatos a presidente ya están recontragastados, parece una figura fresca y despierta entusiasmo. Resta por ver qué pasará cuando finalmente se defina y empiece a buscar aliados. Es cuestión de tiempo de que le empiecen a caer palos por todos lados. Ahí se verá si es un candidato que pueda sostener por sí solo un proyecto.

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  2. Gabo, muchas gracias por tus comentarios positivos.

    Coincido con lo que decís, tanto de la lógica discursiva k como de la dinámica política argentina. A mí me llama poderosamente la atención dos cosas.

    Primero, que a partir de un supuesto periodístico, empiecen a construirse conjeturas. La realidad es que, si Scioli desea ser reelecto gobernador, entonces debe reformar la Constitución de la Prov de Bs As. Y para eso necesita un consenso legislativo muy amplio (además creo que se debe convocar a referendum para aprobarla).

    Segundo, que ayer mismo salieron a desmentir más de un oficialista que los dos candidatos sean solamente Cristina o Néstor. A mí esto me huele más a una opereta propia del kirchnerismo que a otra cosa. De ahí que las declaraciones cruzadas hacen que sea todo más "pintorezco".

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  3. Facundo,

    sí, es un supuesto periodístico. Pero ese supuesto periodístico refleja, en mi opinión, la avidez que existe entre el electorado no kichnerista de que de un vez por todas surja UNA alternativa viable, UNA candidatura presentable a la cual apuntar como alternativa tras en la cual refugiarse.

    Macri podría serlo -no sé cómo estará midiendo en el resto del país ahora mismo-, pero en mi opinión se apuntó a la carrera demasiado pronto -antes de que asumiera en la caba ya se sabía que el en realidad quería ir para presidente-. Y lo está pagando, porque su gestión la gente la evalúa ya desde una óptica nacional, y ahí siempre va a salir mal parado.

    Volviendo a una analogía de los '90, estoy seguro de que cuando surja UN candidato que represente una opción viable al kirchnerato, los medios lo van a ver rubio y de ojos celestes. Fijate que casi no se habla de cómo es la gestión de Scioli en la provincia, eso es lo de menos ahora mismo, ni siquiera se le pide que sea una figura carismática. Lo mismo con el Lole, parece que el tipo desde el vamos es Churchill y se lo tantea continuamente para ver si nos hace el favor de presentarse. Creo que existe una terrible urgencia, una gran avidez en el electorado por encontrar algún posible candidato y los medios no hacen más que reflejar eso. Kirchner sabe que ni bien apareza un candidato viable, el 70% que no lo puede ni ver se va a encolumnar con ese candidato, por eso lleva haciendo todo lo posible para que ninguna candidatura se consolide.

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  4. Gabo, coincido con lo que decís. Sobre todo con el rol de medios de potenciar algún candidato, aunque su patio de referencia sea algo poco potable.

    El problema crónico que yo sigo viendo es que lo primero que se busca es una candidatura presidencial viable, como bien decís. Pero en los últimos 10 años (tal vez 15 diría yo o 20) la política ha mutado de centro. Ya no se articula, sobre todo la estrategia electoral, desde el centro que es Nación. Sino que han pasado a tener mayor centralidad las provincias (hace poco subí un post de este tema). De ahí que los partidos deberían, antes de buscar el potable presidencial, buscar los potables provinciales. Goberandores más que nada.

    Ejemplo: la UCR tiene dos "presidenciables", pero nadie para Ciudad o Prov de Bs As, bastiones imprescindibles para gobernar la Nación. O, los que tiene, no miden bien y quedan del 4° lugar para abajo.

    Juan Linz por momento me da a pensar que tenía razón: los sistemas presidenciales fomentan la aparición de candidatos presidenciales. Luego, el resto.

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