03 agosto 2011

Qué puede pasar con la política en 2011-2015 (Escenario 1bis)

Ya arrancamos con una bomba. Asique sigamos manejando el mismo escenario pero mutemos de actores.

Repasemos: Pensemos que Cristina Kirchner ya ganó las internas, también las generales sin necesidad de una segunda vuelta y que tenemos kirchnerismo (nacional) por cuatro años más.

Lo que me pregunto ahora entonces es: ¿qué va a pasar con la política no peronista en esos mismos cuatro años?

Lo primero que sobresale y que coincide con el mundo peronista es la importancia de la territorialidad, pero en una clave distinta. La diferencia esencial entre ambos mundos radica en que el polo opositor no controla la mayoría de las provincias, tan sólo dos: Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires. Para colmo de males, existen pocas chances de que los oficialismos provinciales que aún no se sometieron a las urnas (en su mayoría peronistas o filo-peronistas) pierdan.

De ahí que para ser un factor de poder serio, sólido y consolidado, en los próximos años deberá aspirar a controlar más intendencias, más bancas en las legislaturas locales y alguna gobernación cuando se vuelvan a poner en juego. Caso contrario, será difícil conformar una gran coalición nacional dentro de cuatro años.

Acá entra en juego una segunda consideración, que más bien es un dilema. Como si fueran dos modelos a seguir.

Por un lado, la oposición no peronista puede aspirar a conformar acuerdos con partidos y dirigentes que no formen parte o provengan del PJ. Una especia de “alianza lineal”: la alternativa al peronismo es el no peronismo. Por otro lado, puede unirse a nivel local a sectores del PJ relegados de los espacios de poder y estructurar “alianzas cruzadas”. Más al estilo del modelo seguido por Ricardo Alfonsín + Francisco De Narváez.

Ambas estrategias tienen límites y potencialidades, y responden más que nada a realidades locales con actores que calculan, como debe ser, localmente. Sin embargo, es prematuro considerar que opciones se vislumbran cuando aún quedan elecciones por jugar este año. Un realidad es cierta: dependerá del desempeño del tándem Alfonsín-De Narváez en la Provincia de Buenos Aires (tanto a nivel provincial como a nivel municipios). Ello llevará a otros a considerar qué es bueno y qué no.

Un tercer punto a considerar es la perdurabilidad de los (no tan) nuevos frentes electorales opositores conformados para estos comicios. Principalmente, del FAP (Binner y otros) y de Proyecto Sur. Lo primero que tienen que hacer es superar en las primarias el 1,5% mínimo necesario para participar de las generales. Sino, serán historia.

Si lo superan, entonces deberíamos esperar que quieran seguir compitiendo electoralmente en los próximos cuatro años. Para ello será necesario que logren dos cosas.

Uno, que alcancen acuerdos políticos y legislativos más sólidos que los que intentaron (sin éxito) conseguir para estas elecciones 2011. Si se mantienen los egos y las disputas personales, entonces serán historia (otra vez). Dos, que extiendan su presencia territorial a otros distritos electorales, como pueden ser los que rodean a Santa Fe y a Ciudad de Buenos Aires. Que, en definitiva, es dónde todo comenzó para ambos.

Esto me da el puntapié para el punto final a discutir y es la extrema dependencia que tiene el polo opositor de sus liderazgos personalistas. Estos sectores políticos a los que hacemos referencia son 1) mayormente locales y metropolitanos, y 2) no pueden romper con los límites que impone su génesis constructiva. Caso que bien grafica la Coalición Cívica que, sin embargo, aún se mantiene en muchos espacios legislativos (no así ejecutivos).

El tema que entrecruza a todos los planteados es el mismo: ¿qué esquema de alianzas seguir: “lineales” o “cruzadas”? Es decir, para romper con los dos límites planteados hace falta recurrir a alguno de los dos esquemas.

Algo a lo que habría que prestar atención para resolverlo es lo que pueden llegar a hacer el PRO y Mauricio Macri luego del salto cuantitativo que implicó la victoria en Ciudad de Buenos Aires. A ellos tal vez puedan imitar los demás.

O morir en el intento.


Nota al pie: (Esta es la segunda nota de tres con posibles escenarios luego de las primarias. Queda pendiente: qué pasa si pierde el kirchnerismo)

2 comentarios:

  1. Me gusta leerte.
    Pero siempre terminás siendo funcional a la política retrógrada que "omite" en su análisis, la gran dosis de realidad que conlleva, precisamente, analizar los hechos.
    La política es sucia por definición y tus planteos pecan de naif pensando que A hace algo y B hace otra cosa pero como C es inteligente y debería leer va a terminar haciendo lo que considere.
    Omitís SIEMPRE el vil metal que es lo que mueve a ABSOLUTAMENTE TODOS LOS ESPECTROS POLITICOS, SOCIALES, SINDICALES Y ESTUDIANTILES.
    Cuántos Borocotos y Morales necesitás para darte cuenta de estas cosas?
    El análisis es bueno pero peca de abstracto.
    saludos

    Camilo

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  2. Camilo

    Muchas gracias por tus comentarios y por pasar a dejarlos en este lugar.
    Entiendo lo que decís y, en cierta medida, tenes un punto. No coincido particularmente con tu análisis no por pensar que todos los políticos son hombres éticos kantianos, sino porque creo que el análisis político/politológico va más allá del "son todos chorros o panqueques".

    La idea de esta serie de notas era plantear posibles escenarios y (ergo) posibles estrategias de actores que son puramente racionales maximizadores (de poder).

    Más que nada porque para ver que son todos chorros, alcanza con leer Perfil.com, Infobae.com, Ln.com, Clarín.com y demás portales de noticias. Acá me parece ir hacia otra rama. Va, por lo menos eso planteé desde el comienzo de este Leviatán. Y es su motivación primordial.

    Me alegro igual que te gusten las notas y que plantees tu disenso. Eso fortalece.

    Un abrazo!
    Facu

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