23 octubre 2011

Primeras reflexiones cortitas y al pie sobre la (cantada) victoria kirchnerista

Ya medio que el resultado venía cantado. Estaba puesto antes de arrancar el partido. Las elecciones primarias que se habían realizado el pasado 14 de agosto (acá también hubo algunas reflexiones) ya anticipaban una victoria del oficialismo kirchnerista. Y eso desmotivó un poco: a los medios, al electorado, a los dirigentes y partidos opositores.

Pero algo podemos sacar de todo este proceso. No solo porque es la primera vez que se llevan a cabo elecciones con la nueva reglamentación aprobada en el 2009, sino porque, a pesar de la victoria cantada, quedan reflexiones. A ver. Arranquemos.

1. El kirchnerismo será la primera expresión política en la historia que logra 3 mandatos presidenciales consecutivos.

Esta afirmación es un poco polémica. Lo sé. Sobre todo por el concepto de expresión política. El tema es que no me atrevo a categorizar al kirchnerismo como un partido político.

Yendo a lo concreto. Nunca en la historia de la República Argentina una expresión política obtuvo tres veces consecutivas la Presidencia de la Nación. Sea en las condiciones que sea y con el candidato que sea, las victorias de 2003, 2007 y 2011 marcan un hito en la historia política del país, y colocan al kirchnerismo en los libros.

Uno puede estar de acuerdo o en desacuerdo con las políticas implementadas por el oficialismo, pero hay que reconocer la excelente capacidad de adaptación y supervivencia política de que dispone. Gana, (no) gusta y golea.

Sino pensemos cómo el kirchnerismo logró sobrevivir al fallecimiento de su principal fundador, salió fortalecido y con intenciones de institucionalizarse a sí mismo.

2. Cristina Fernández continúa con la tendencia iniciada con el retorno democrático: los presidentes reelectos logran aumentar su caudal electoral en la segunda elección.

Es pura cuestión matemática. Y la afirmación se hace mucho más fuerte si tenemos en cuenta otros resultados electorales que marcan un progresivo y sostenido aumento.

En el 2003 (fecha fundacional del FPV) Néstor Kirchner obtuvo el 22,24% de los votos. Cuatro años después, Cristina Fernández saca el 45,29% de los votos. Hace dos meses, en las primarias, obtiene el 50,24%. Y hoy 23 de octubre, en las generales, se estima que rondará por el 54%.

3. Pero rompe otra tendencia: gana la elección general luego de perder el control de la Cámara Baja en la renovación parcial del Congreso Nacional dos años antes.

Otro logro para el oficialismo kirchnerista y que refuerza lo expuesto en el punto 1. El kirchnerismo logró reinventarse a sí mismo y se permitió sobrevivir a duras derrotas locales sufridas en los principales distritos electorales en las legislativas 2009 (Santa Fe, Córdoba, Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, por nombrar algunos).

Sumando las bancas en juego, el péndulo político giró en dirección a los distintos partidos opositores. Pero cuando todo era catástrofe, el sólido apoyo del electorado y la dispersión opositora confluyen en un salvataje que parecía nunca iba a llegar. Al menos así se percibía en 2009.

4. El kirchnerismo vuelve a ser “el gobierno de la opinión pública”, pero con un considerable soporte institucional.

La primera victoria del kirchnerismo en 2003 con poco más que el 20% de los votos vaticinaba que la bestia que luego fue estaba herida de muerte. Sobre todo por la terrible dispersión de las preferencias electorales, la atomización de las fuerzas en el Congreso y la débil situación económica, social e institucional en la que se encontraba el país.

De ahí que el dixit de Alberto Fernández fuera el principal pilar sobre el que se sustentó la acción de gobierno los dos primeros años: la fuerza de la opinión pública. Hoy, 8 años después, se puede percibir que el apoyo de la opinión pública volvió a ser determinante para sustentar tanto la gestión de gobierno como la tercera victoria presidencial consecutiva.

A eso debemos sumarle la ventaja de contar con un considerable soporte institucional: gobernadores, legisladores (nacionales y provinciales), intendentes y concejales. Soporte que, en 2003, no era tan sólido.

5. El calendario electoral escalonado esta vez jugó a favor: cimentando una victoria electoral y no al contrario.

Ya mucho hemos charlado de las ventajas y desventajas del régimen electoral argentino. Sobre todo de la posibilidad que tienen los gobernadores de fijar la fecha de las elecciones en sus respectivos distritos. Situación que puede derivar en un calendario electoral escalonado, desdoblando elecciones locales de las elecciones nacionales.

Bien: al kirchnerismo le jugó a favor. La maratón de elecciones que arranó en marzo y que culminó hoy domingo generó las condiciones favorables y propicias para un escenario de victoria cantada. Claro que no es muy fácil medir qué tanto condicionó este escenario a la victoria de Cristina Fernández. Pero sí podemos decir que allanó el camino. Lo limpió un poquito.

No lo hizo así con la Alianza en 1998-1999, ni tampoco en las legislativas 2009.

6. El Peronismo sigue siendo el actor clave del sistema político argentino, en torno al cual se estructuran tanto ofertas electorales oficialistas como opositoras.

Como reflexión final quiero charlar un poco del Peronismo y todo lo que ello implica. Retomando lo comentado en el punto 1., la victoria del kirchnerismo es una victoria del Peronismo. Básicamente porque el kirchnerismo, cual expresión política, es una expresión (una más) del Peronismo.

Y por eso podemos comenzar a pensar y analizar en qué medida el Peronismo se renueva en distintas variantes, se dispersa en otras, se disputa a sí mismo los espacios de poder pero, en definitiva, siempre permanece. Siempre está. Siempre se queda. Siempre llega.

El kirchnerismo puede implosionar en los próximos años (producto, tal vez, de la sucesión presidencial) pero siempre tendremos Peronismo (o sus variantes) en competencia electoral. Y esto puede ser, tal vez, el factor tranquilizador o normalizador del sistema político argentino. Si esto no es creíble, pensemos dos cosas.

La primera, que en las últimas tres elecciones presidenciales las distintas candidaturas peronistas aglutinaron entre el 60 y el 70% del electorado. La segunda, que una variante de Peronismo generó las condiciones para la crisis del 2001, pero que otra distinta las generó para salir.

Pensemos.

1 comentario:

  1. Buenas noches. Interesante entrada.
    Me resulta difuso el concepto de "expresión política", más aún cuando lo usás afirmando que el kirchnerismo es la primera de ellas que logra tres mandatos consecutivos.
    El Partido Autonomista Nacional fue una organización política galvanizada en torno a la figura de Roca, y que mientras él vivió tuvo más de tres mandatos consecutivos (sin contar los posteriores). Aunque no sé si te referís a mandatos presidenciales en sí mismos, o a mandatos obtenidos en elecciones universales, secretas y obligatorias.
    Asimismo, entiendo que hacés referencia a tres mandatos completos seguidos, y no a tres períodos a secas, porque ahí entrarían a tallar las dos presidencias de Yrigoyen con Marcelo T. de Alvear en medio de ambas.
    Saludos

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