Jugando
al ingeniero (electoral) en la Ciudad
Facundo
Cruz[1]
Las reformas electorales
suelen generar temor. Cierta imprevisibilidad futura. Algo de asombro y
sorpresa por sus efectos. Esta multiplicidad de sensaciones no es poca cosa:
cuando se reforma la Política, se cambian las reglas que 1) regulan las
relaciones entre actores políticos, 2) distribuyen el poder institucional entre
ellos y 3) reducen o amplían las chances de los primeros para alcanzar lo
segundo.
Hoy nos encontramos un nuevo
laboratorio con el que experimentar. La Legislatura de la Ciudad de Buenos
Aires aprobó dos leyes que modificarán los incentivos y las pautas de
comportamiento de los actores partidarios porteños: primarias abiertas,
simultáneas y obligatorias, y boleta única.
Vayamos por orden y veamos
qué puede cambiar y qué puede (en teoría) pasar en los próximos años.
Efectos
(esperados) de las PASO porteñas
El sistema de primarias
abiertas aprobado para la Ciudad de Buenos Aires incluye una multiplicidad de
nuevas e interesantes reglas.
Lo primero que tenemos que
destacar es el umbral electoral. A partir de ahora, para que los partidos
políticos y las alianzas electorales puedan participar de las elecciones
generales deberán obtener, al menos, el 1,5% de los votos válidos emitidos. Ese
límite inferior, si bien es bajo, puede tener cierto efecto en la oferta
electoral.
En la Tabla Nº 1 se pueden
observar esos efectos teniendo en cuenta las últimas 6 elecciones (6 legislativas
y 3 generales). Lo más destacado se percibe en la cantidad de listas que,
primarias mediante, hubieran llegado a las generales para ambos cargos: para
las dos categorías los partidos y las alianzas se reducen a la mitad y, en
algunos casos, en dos tercios. De modo que, si los partidos porteños no se
adaptan a futuro, entonces las reglas lo harán por ellos.
Esto, sin embargo, afectará
únicamente a aquellos partidos chicos y “porteños” que compiten en elecciones
para acceder a una cuota nada desdeñable de financiamiento público. Los sacará
de la competencia. Este cambio, por otro lado, no tendrá mayor incidencia ni en
la distribución de preferencias ciudadanas ni la cantidad de partidos
verdaderamente competitivos (los que llenan el NEP) dado los pocos votos que
suelen obtener. Son muchos pero reciben poco.
Tabla
Nº 1. Número Efectivo de Partidos (NEP)[2] para cargos Ejecutivos y
Legislativos, cantidad total de listas y efectos del piso electoral[3].
Año
|
Elección
|
NEPEjec
|
NEPLeg
|
Listas Ejecutivo
|
ListasEjec c/ 1,5%
|
Listas Legislativo
|
ListasLeg c/ 1,5%
|
2003
|
Ejecutiva-Legislativa
|
4,94
|
8,91
|
28
|
7
|
38
|
11
|
2005
|
Legislativa
|
|
5,1
|
|
|
40
|
9
|
2007
|
Ejecutiva-Legislativa
|
3,22
|
4,02
|
18
|
7
|
22
|
7
|
2009
|
Legislativa
|
|
4,9
|
|
|
28
|
8
|
2011
|
Ejecutiva-Legislativa
|
3,27
|
4,01
|
14
|
6
|
19
|
9
|
2013
|
Legislativa
|
|
4,71
|
|
|
23
|
8
|
Fuente: elaboración propia en base a datos
extraídos de Calvo y Escolar (2005), Andy Tow y Dirección Nacional
Electoral – Ministerio del Interior y
Transporte.
Otros dos elementos de la
reforma tendrán un efecto importante en la competencia interpartidaria e
intrapartidaria. En primer lugar, la conformación de la fórmula electoral para
competir por el Poder Ejecutivo porteño sigue el modelo “a la norteamericana”.
En lugar de que la interna defina el candidato a Jefe y a Vicejefe de Gobierno
(como ocurre a nivel nacional con Presidente y Vicepresidente), por medio de las
primarias se elegirá únicamente al primero, mientras que su compañero de
fórmula será designado por el vencedor de la interna 48 hs. después.
“El que gana distribuye” en
lugar de “el que gana se lleva todo”. Habrá mayores incentivos para que las
líneas internas quieran (y puedan) competir en internas. Básicamente porque
habrá un premio consuelo en caso de derrota. Con menos valor, pero premio al
fin.
Esta “presión” por competir
internamente se ve potenciada, además, por la prohibición explícita de competir
en distintas internas de distintos partidos o alianzas y por distintos cargos:
los pre-candidatos sólo podrán participar en una agrupación y por una sola
categoría. De modo que desaparece una práctica cotidiana de los partidos chicos
porteños: la doble candidatura ejecutivo-legislativa. Tendrán que elegir dónde
y por qué dar la batalla interna. Opciones no les faltarán.
A esto también se suma la
prohibición de listas colectoras. Llamada de atención para el Frente para la
Victoria y algunos partidos de la centro-izquierda, quienes regularmente han
recurrido a las colectoras para traccionar votos para sus candidatos
ejecutivos.
Lo que tendremos, entonces, serán
dos instancias de ordenamiento de la oferta previo a las elecciones generales.
Una primera instancia de negociación para la competencia interna entre actores intrapartidarios
y una segunda con las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Menos
actores y más ordenados.
Luego vendrá la voluntad
popular y la asignación de cargos. No todo junto, como ocurre hoy en día.
¿Qué
cambia con la Boleta Única (BU)?
Con la BU los efectos se
sentirán más bien sobre la “comunicación electoral”.
En primer lugar, los
partidos políticos deberán adaptar sus estrategias de comunicación y de posicionamiento
de candidatos. A partir de ahora, los ciudadanos tendrán en una única boleta
todos los candidatos de todos los partidos y para todas las categorías. Que, si
tenemos en cuenta los efectos reductores de las primarias antes expuestos, no
será una pieza de papel demasiado grande. Más afiche y menos mantel.
El desafío de los partidos
será poder orientar a los electores hacia los colores y las casillas que les
correspondan. Y, además, que no se confundan con otro competidor.
Acá podríamos esperar (y hay
temores de) cierta dosis mayor de personalización de la política. Sin embargo,
en el distrito porteño ya hay algunos indicios leves de que el electorado vota
según las personas y no tanto según los partidos. Los porcentajes de corte de
boleta ya analizados en otra oportunidad así lo demuestran. Con lo cual será
algo a tener en cuenta: si se potencia o si se queda como está.
En segundo lugar, también
cambia la estrategia el día de la elección. La fiscalización no se centrará en
garantizar la suficiente cantidad de boletas propias en el cuarto oscuro, dado
que los pocos que pasen a la general figurarán todos en el mismo soporte físico.
Una tarea menos.
De modo que, con el nuevo
diseño, se elimina toda manipulación posible y el resultado electoral esperado de
los partidos dependerá de dos elementos: 1) que logren adaptar bien sus
estrategias de posicionamiento de candidatos (y trabajen un poco más para ello)
y 2) del lugar que les toque en la boleta post-sorteo de confección de la BU.
La equidad electoral en su esplendor.
A modo de cierre, una
advertencia. No hay certeza de que los efectos mecánicos y psicológicos
descriptos ocurran tal cual se intuye que ocurran. Hay probabilidades de que
pase. Pero no seguridad.
Eso es ingeniería electoral:
ajustar algunas tuercas para orientar a las bestias (políticas) en una
dirección. En el distrito porteño, hacia los pocos y los que cuentan.
[1] Politólogo, Docente
en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Secretario de Redacción de Revista
POSTData. Editor del blog leviatanasueldo.blogspot.com. Contacto: cruzfacu@gmail.com.
[2] El Número Efectivo de
Partidos (NEP) calcula la cantidad de partidos que son “verdaderamente”
competitivos tomando en cuenta el porcentaje de votos que obtiene cada uno en
una elección determinada y en un distrito particular. El índice arroja un valor
que no es necesariamente un número entero, cuyo resultado es la ponderación de
cada partido político a partir de los votos que obtiene. En esta tabla se toma
en cuenta el NEP que compiten por la Jefatura de Gobierno (NEPEjec) y los que
compiten por las bancas en la Legislatura porteña (NEPLeg).
[3] La cantidad total de
listas para la argos ejecutivos y legislativos contabiliza las listas
colectoras (mismo candidato a Jefe de Gobierno, distintas listas para
legisladores) y listas espejo (mismos candidatos ejecutivos y legislativos pero
distinto nombre de partido/alianza electoral). Las columnas que contabilizan
las listas según el piso de 1,5% sigue la misma lógica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario