Todo muy lindo con la
primera vez que los porteños eligen a sus candidatos en primarias abiertas,
simultáneas y obligatorias (PASO). La elección de los que competirán por los
cargos locales en julio. La apertura de los partidos. La alegría de la
democracia. La fiesta cívica.
Pero los datos se pudieron ver recién
a las 0:05 de la madrugada del lunes. Asique (por ahora) Leviatán solo se
limita a largar algunas ideas sueltas. Otro día nos metemos en el detalle. En
el barro.
Nota
antes de arrancar:
las conclusiones extraídas se realizan con el 61,23% de las mesas escrutadas.
Puede haber algún que otro cambio chiquito.
1.
El sistema de partidos porteño se está tranquilizando. Algunos
dirían que se están normalizando. Que está encontrando su punto de balance. Su
estabilidad. Pero tranquilizarse es un
mejor concepto. Porque luego de la crisis del 2001 se lo notaba nervioso. Bastante
nervioso. Sino miremos el Gráfico Nº 1 acá.
Gráfico
Nº 1. Evolución de Número Efectivo de Partidos (NEP) para Jefe
de Gobierno, legisladores locales y legisladores nacionales. CABA, 1996-2015.
Fuente:
elaboración propia en base a Andy Tow, Justicia Electoral CABA y PASO 2015 CABA.
En las últimas elecciones, si
tomamos en cuenta las proporciones de votos recibidas por los partidos
políticos que compiten (NEPPartidos), la fragmentación para la competencia
ejecutiva se situó en valores cercanos a los 3 partidos y la competencia legislativa
viajó entre un poco más de 4 y un poco más de 3 partidos. En otras palabras, un
multipartidismo moderado en el mundo sartoriano.
Hasta acá, todo tranquilo.
2.
Las PASO nos corren un poco del eje. Pero si el sistema venía
tranquilo, la celebración de las PASO alteró un poco los nervios y disparó los
valores. Tomando en cuenta la proporción de votos recibidos por las
candidaturas a Jefe de Gobierno en las elecciones celebradas hoy/ayer domingo,
el NEPLista sube a 5,79 (poco más de 2,5 por encima del valor de NEPPartidos).
Es decir que si cada
candidato se presentaba a competir como si fuera un partido político propio, los
porteños decidían meter a 2 partidos y medio más en la competencia política.
Volvían al 2001.
Para legisladores, sin
embargo, la fragmentación se mantuvo muy similar. El NEPLista arroja un valor
de 3,37 (tan solo 0,15 por encima del valor NEPPartidos). Esto es producto de
una estrategia muy acertada de (la mayoría de) los líderes políticos: abrir la competencia
para el cargo ejecutivo, pero acordar listas legislativas comunes.
Peléense. Todo bien. Pero todos
llevan el mismo escudo legislativo.
3.
La competencia interna fue intensa. Continuando la idea del
punto 2, si tomamos en cuenta el Margen de Victoria (MV) para la competencia
entre candidatos a Jefe de Gobierno, el valor es de 9,73%. Esto nos dice que
fue una elección relativamente entretenida donde los pre-candidatos al ejecutivo
local transpiraron por los votos. Bastante transpiraron.
Ahora, si tomamos en cuenta
la diferencia entre partidos, el MV se estira mucho más: 25,96%. Eso no da la
idea de una elección competitiva, sino la de un oficialismo local muy fuerte:
PRO aglutina casi el 50% en el distrito. Los demás, miran de atrás y ven que
pueden llevarse de la mitad restante. Esto se confirma con el MV legislativo: 25,5%
de diferencia entre la lista del PRO y ECO, su inmediato competidor.
4.
La izquierda no aprende a coordinarse. Pareciera ser que se dan
dos fenómenos que chocan. Por un lado, la consolidación del FIT como la
coalición de izquierda que logra atraer la mayor cantidad de votantes,
repitiendo lo ocurrido en otras elecciones provinciales (Salta, Mendoza). Pero,
por otro lado, sus primos porteños no le creen: se empeñan en presentarse a
competir sin percatarse de que ahora tienen un 1,5% de piso para superar y que
es difícil lograrlo.
En estas PASO, se
presentaron 8 partidos/coaliciones electorales ubicadas en la izquierda del
espectro ideológico. A las 0:38 de la madrugada del domingo/lunes tan solo el
FIT (2,22% para Jefe de Gobierno y 2,58% para legisladores locales) y
Autodeterminación y Libertad (2% y 2,05%, respectivamente) superan el umbral
legal para competir en las generales de julio. Las 6 restantes no entran.
Estas nuevas reglas
electorales son, entonces, buenas reglas electorales. Porque evitan que nuevos
partidos políticos se presenten constantemente a competir sin intención alguna
de buscar una institucionalización que les garantice un mínimo de votos
aceptable en el mediano plazo.
5.
Escuchen a los incentivos de las reglas, muchachos. Ojo.
No solo es una advertencia para la izquierda no coordinada: también lo es para
conductores mediáticos, para secretarios de finanzas que no están ahí y para
partidos de derecha que no la pegan con candidatos copados.
Asique, si las PASO llegaron
para quedarse, el Gráfico Nº 1 va a seguir a-me-se-ta-do. En vez del mar picado
de Hawaii, tendremos a Las Toninas por unos años.
Mejor.
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