25 noviembre 2015

#BastiónDigital Cambiemos en su territorio

Leviatán está en su salsa. La vorágine electoral del año nos agotó. Ya estamos hasta la nunca de #Eleciones2015. Pero nunca nos pudrimos.
Para estar a la altura, hoy sale doble. Con salsa picante. Primero, un aporte audiovisual realizado por Agencia DyN. Algo temprano y con datos frescos, pero con mucho café encima. Luego, una nota más profunda con algunas puntas tomadas del mismo video en Bastión Digital (pueden ver original acá).
Leviatán tiene cara. Por primera vez. No se asusten. Doña Rosa saluda.

Entrevista Agencia DyN - Lunes 23 de noviembre de 2015.


Cambiemos en su territorio

La sorpresa llegó. Algunos la vaticinaron. Otros la temían. Nadie se animaba a asegurarlo. Cambiemos ganó la tercera y definitiva vuelta de la elección presidencial. Y Mauricio Macri llegó a Balcarce 50.

Este cambio de domicilio no fue solo alegría, positivismo, esperanza o sueños. No fue solo marketing político. Fue territorio. Fue construcción política. Fue conformar una coalición electoral sólida, unificada, homogénea (en el discurso, al menos), con metas claras, objetivos fijados y recursos a disposición para alcanzarlos.

Este crecimiento necesitó de tres etapas. La primera fue lograr que la UCR (el partido más longevo acuerdo) aprobara en su convención nacional una estrategia electoral atrevida: acordar con PRO y CC-ARI, pero sin clarificar qué hacer con Sergio Massa y UNA. La segunda fue dirimir la fórmula presidencial de manera pacífica. Sin lastimarse. La tercera fue contener los votos obtenidos en las PASO, en la Primer Vuelta y aumentarlos para forzar el ballotage.

Pasaron las tres. Un partido de fútbol con tiempo extra. ¿Cómo lograron llegar al alargue sanos y salvos?

La conquista del territorio

Tal como indicamos anteriormente en otro espacio de debate, por el Sillón de Rivadavia compitieron dos coaliciones electorales. Cambiemos, por un lado, anclado fuertemente en las provincias metropolitanas, con mayor peso electoral y mayor alternancia política en las gobernaciones: los desafiantes al gobierno nacional. El FPV, en cambio, consolidado en los distritos más chicos y alejados de Buenos Aires, con menos electores y mayor control del PJ: el oficialismo de turno.  

Se armó entonces el partido. Coalición metropolitana vs coalición periférica[1]. Gibson y Calvo reeditados, hasta el infinito y más allá.

En el Gráfico N° 1 podemos ver que estuvo cerca el empate. Si bien en la mayoría de los distritos Cambiemos y FPV estuvieron pegándose patadas hasta el final, cada uno dominó la pelota en algunos distritos específicos. Para Cambiemos, Córdoba, CABA, Santa Fe, Mendoza, Jujuy, y las llamativas San Luis y La Rioja. El FPV no pudo contener la avanzada con Santiago del Estero, el Noreste y el Sur argentinos, donde tuvo mejor desempeño.

Gráfico N° 1. Distribución territorial del voto entre FPV y Cambiemos en Ballotage. Argentina, 2015.

 Fuente: elaboración propia en base a datos suministrados por Dirección Nacional Electoral (www.resultados.gob.ar).

Entonces, ¿cómo hicieron los atrevidos dirigentes de Cambiemos para darlo vuelta sobre el final? Lo que hacen todas los partidos, coaliciones y candidatos: le roban votos a su oponente. Si prestamos atención a la Tabla N° 1 podemos ver la cantidad de votos totales obtenidas por las dos candidaturas presidenciales en cada una de las provincias argentinas y en cada una de las tres elecciones celebradas (PASO, Primera Vuelta y Ballotage).

Tabla N° 1. Distribución total de votos en PASO, Primera Vuelta y Ballotage según las 24 provincias argentinas.


Fuente: elaboración propia en base a datos suministrados por Cámara Nacional Electoral y Dirección Nacional Electoral (www.resultados.gob.ar). Los votos totales para el ballotage corresponden al escrutinio provisorio (99,17% de mesas escrutadas). La columna diferencia es la resta entre PASO y Primera Vuelta, y entre ésta y Ballotage.

En línea con lo planteado, Cambiemos se fue expandiendo sobre el territorio nacional y llegando a algunas provincias periféricas. Si, la clave fue Córdoba: eso se nota. Pero también Buenos Aires, Santa Fe (al igual que los cuarteteros aportaron más o menos 400.000 votos más entre Primera Vuelta y balotage), Entre Ríos, Jujuy y La Rioja.

A medida que crecían, el FPV perdía votos. Si tomamos en cuenta las distintas columnas que miden la diferencia de votos entre elecciones, Macri y sus socios perdieron votos en la Primera Vuelta solo en 3 provincias; Scioli vio menguar sus apoyos en 5 distritos. Incluso, el FPV sacó menos votos en el ballotage en dos provincias (Misiones y Formosa). Cambiemos, en ninguna.

Lo más llamativo está en la columna que indica quién ganó en cada distrito. Los desafiantes pasaron de ganar 2 distritos en las PASO, a 5 en Primera Vuelta y 8 en el ballotage. No solo conservaron los propios, sino que, además, llegaron a tradicionales bastiones peronistas: los ya mencionados Jujuy, La Pampa y La Rioja. Y, salvo el primero donde ganó Massa en las PASO, los dos restantes fueron arrebatados al FPV, que solo se limitó a ver cómo las celdas propias quedaban vacías y pasaban a naranja del otro lado de la tabla.

Unos atrevidos. Porque en todo el partido estuvieron atrás en el marcador.

Conservar lo propio y expandirse hacia lo ajeno

Lo dicho hasta ahora quedará más claro si observamos el Gráfico N° 2 junto con la Tabla N° 2 debajo. En ambos se detalla el porcentaje de voto que obtuvo cada coalición presidencial tomando en cuenta las 5 provincias metropolitanas, por un lado, y las 19 periféricas, por el otro.

Gráfico N° 2 y Tabla N° 2. Distribución geográfica del voto distinguido entre provincias metropolitanas y periféricas para PASO, Primera Vuelta y Ballotage. Argentina, 2015.


Fuente: elaboración propia en base a datos suministrados por Cámara Nacional Electoral y Dirección Nacional Electoral (www.resultados.gob.ar). La proporción de votos para el ballotage corresponden al escrutinio provisorio (99,17% de mesas escrutadas). La sumatorio de los porcentajes entre partidos no da 100% debido a que no se incluye lo obtenido por otras candidaturas presidenciales.

Así, vemos cómo en el ballotage casi que termina en empate. Las proporciones son casi similares en la columna correspondiente y resaltado en negrita. Cambiemos obtuvo 55,06% de los votos en las 5 grandes y 44,16% en las 19 chicas; el FPV, a la inversa.

Pero el golpe final viene acá. Es en la letra chica de la disputa electoral donde se nota el cambio de estrategia y el empuje para cerrar el partido. Cambiemos no solo aumentó su caudal de votos en las regiones más pobladas del país dando saltos de a 10% entre elecciones, sino que además creció enormemente para el ballotage en la periferia: del 28,66% al 44,16%. Esto se percibe claramente viendo el Gráfico N°2.

Por su parte, los saltos del FPV fueron menos marcados. En provincias grandes del 2% de PASO a Primera Vuelta, y de 8% para el ballotage. En provincias chicas solo creció entre 2 y 4% entre elecciones. Acá puede detectarse una de las causas de la derrota: no lograron compensar la pérdida de distritos periféricos obteniendo más votos metropolitanos.

Demasiado tarde. Final del alargue. Gol de oro.




[1] Las provincias metropolitanas son Buenos Aires (Ciudad y Provincia), Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Las periféricas son los 19 distritos restantes.

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