26 octubre 2015

Nadie lo vio venir


Ya la semana pasada planteamos un escenario de incertidumbre. No lo charlamos con Leviatán ni con Doña Rosa, pero sí lo compartimos en otro medio amigo. Como todo lunes a la mañana poste electoral, arrancó la danza de pataletas contra las encuestadoras. Pobres: no hay que ser tan duros. Uno puede estimar la intención de voto hasta 48 hs antes de las elecciones, pero lo único que cuenta es lo que entra en la urna cada domingo. Y ahí puede pasar de todo.

Lo interesante es otra discusión. Lo que atrae es otro tipo de dato. Lo que gusta es ver cómo se votó en cada provincia. Asi que acá tiramos muchos datos y algunas conclusiones iniciales.

1. Las preferencias electorales se congelaron entre PASO y primera vuelta. La “big picture” de las elecciones nos dicen que el boliche quedó tal cual lo dejaron cuando cerraron la puerta. En términos generales, las coaliciones Cambiemos y FPV mantuvieron su peso territorial en distritos específicos. La primera, coalición sólida y ganadora en las provincias metropolitanas (Ciudad y Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza). La segunda, consolidada en los distritos más chicos, periféricos, con menos peso electoral y con mayor control del PJ.

Como una imagen vale más que mil palabras, acá pueden verlo mejor.

Gráfico N° 1. Mapa distribución geográfica del voto. Primera vuelta presidencial Argentina, 2015.



Fuente: La Nación.

Nos atrevemos a otra idea innovadora. Si miran ese mapa, verán dos estrategias. La coalición oficialista FPV se ha extendido por difusión en todo el territorio: ya asentada en el terreno desde hace 12 años, solo tuvo que mantener lo conquistado. La coalición challenger Cambiemos se ha construido recientemente por penetración territorial desde el centro y hacia los márgenes. Le robó territorio al FPV.

Gracias Panebianco.

2. Algunos ganaron un poco, otros perdieron bastante. Pero si nos metemos a ver en detalle la distribución territorial del voto y comparamos PASO vs. primera vuelta presidencial, la cosa cambia. Un poco. No mucho.

En el Gráfico N° 2 se puede comparar la proporción de votos de las 6 coaliciones en las primarias en comparación a las elecciones celebradas ayer. Las tendencias generales son similares, con pequeños retoques entre los colores que se empujan unos a otros.

Gráfico N° 2. Distribución geográfica del voto en PASO y primera vuelta presidencial Argentina, 2015.



Fuente: elaboración propia en base a datos suministrados por Dirección Nacional Electoral (http://www.resultados.gob.ar) y Andy Tow (http://andytow.com/blog/). Quien desee ver las imágenes más grandes por separado puede hacer click aquí para PASO y aquí para primera vuelta.

¿Sorpresas? Algunas. Primero, Córdoba, Santa Fe y San Luis dan la nota. En esos tres distritos Cambiemos aumentó su caudal de votos, a costas de las tres coaliciones peronistas: FPV, UNA y Compromiso Federal.
Segundo, Tucumán sale del pelotón de provincias donde el FPV gana por afano. Efecto Cano, efecto quemas, efecto fraude: puede tener mil nombres. No es tan relevante la causa. Pero sale del norte periférico y se mete en el centro metropolitano.

3. La letra chica del mercado de votos. La Tabla N° 1 da muchos más datos y más jugosos. Con eso podemos entender un poco más las dos tablas anteriores.

El FPV perdió votos en provincias donde esperaban contener a la tropa: Tucumán, Jujuy, San Juan, Formosa y Catamarca. En menor medida pero esperable, también en San Luis. Donde ganó votos no lo hizo en las proporciones que esperaba o que, al menos, necesitaba. Sino presten atención a Córdoba, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires. La Provincia de Buenos Aires es el colmo del gobernador: oficialismo sólido, tradicionalismo justicialista, territorio impenetrable y menos de mil votos de ganancia. Un lastre.

Y lo que perdió el FPV lo ganó Cambiemos, en mayor medida, y UNA, en menor medida. Radicales, PRO y lilitos la rompieron en territorio bonaerense y Córdoba, sumando casi un millón de votos adicionales en ambos distritos. En ambos distritos funcionó la fórmula estructura radical más candidatos PRO y CC-ARI. En la Provincia de Buenos Aires hay mención especial: los candidatos a intendentes fueron el factor decisivo y arrastraron voto desde abajo hacia arriba. Crecieron también (pero menos) en Mendoza y Tucumán. 

Massa, por su parte, sufrió la pérdida del ferne’ con coca: el traslado de votos es casi automático en uno de sus bastiones. Pero compensó con Santa Fe, Salta, Jujuy, las provincias del norte y algo del sur. Se mantiene como el árbitro para noviembre. Tendrá que renovar tarjetas, silbato y vestimenta.

Tabla N° 1. Total de votos coaliciones FPV, Cambiemos y UNA. Paso y primera vuelta presidencial Argentina, 2015.



Fuente: elaboración propia en base a datos suministrados por Dirección Nacional Electoral (http://www.resultados.gob.ar) y Andy Tow (http://andytow.com/blog/). Los datos de la primera vuelta presidencial son los suministrados por el portal oficial con 97,19% las mesas escrutadas en el recuento provisorio.

Reciclamos el remate. Ya lo dijimos hace una semana. El juego está abierto. Va a ser minuto a minuto y desde el punto del penal. Eso es lo lindo de la democracia representativa: una combinación de certidumbre en el proceso electoral con incertidumbre sobre el resultado final. Y así permanecerá hasta el noviembre próximo.

Los que las PASO y la primera vuelta no resolvieron seguramente el ballotage lo podrá hacer. No queda otra. No hay más vueltas.

Al menos, si Doña Rosa oficialista y Doña Rosa opositora se mantienen firmes en sus preferencias electorales.

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