15 agosto 2017

¿Pero qué catzo PASÓ?

Nota antes de enfrascarse: el plural no es adrede. Hoy dejamos de lado la esquizofrenia y somos dos los escribimos. Ella, sin embargo, tendrá que pensarse un personaje. Sugieran por Twitter.

Bueno, ¿arranca o no arranca? Seguimos buscando respuestas para la pregunta titular. Hace algunas semanas Leviatán se metió a ver cómo se había organizado la oferta electoral de cara a las PASO que se celebraron el pasado domingo 13 de agosto. Acá pueden ver parte de lo debatido. Ahora con el diario del lunes no solo tenemos alianzas jurídicamente reconocidas: también tenemos datos electorales. Del escrutinio provisorio, bueno…95% es algo.

Mientras escribimos estas líneas hay funcionarios desfilando por los medios y en ruedas de prensa tratando de sacar alguna conclusión de las elecciones del domingo. ¿Se puede? ¡Claro! Si hasta La Pampa mostró que en la estabilidad hay lugar para conclusiones preliminares.

Nos agarramos de las siguientes declaraciones. El honorable Jefe de Gabinete lanzó dos perlas: “Nos apoyaron más argentinos que en 2015”. Bueno, eso es relativo, colega politólogo. La pregunta no es “cuántos”, sino “dónde”. La otra: “la única fuerza nacional es Cambiemos”. Bueno, eso también es para escribir. Que el Peronismo (referenciado en esta nota con la sigla FPV/PJ) haya retrocedido, esté desarticulado, sin liderazgo y sin coordinación entre sus elites no implica que la fuerza predominante ahora pase a ser una sola no peronista. Herminio hubo uno solo.

Las otras dos puntas de las que nos agarramos son las notas publicadas por Marcelo Leiras y Julio Burdman en sendos diarios y sitios web. Ambos coinciden en que Cambiemos está en la vía de la nacionalización de sus apoyos electorales. El primero mantiene la idea de que es una coalición. El segundo de que pasará inevitablemente a un partido político “cambiemita” por el factor aglutinador de su discurso y su posterior conversión en ideología partidaria. Coincidimos más con Marcelo. Pero esta distinción teórica quedará para los próximos días. Cuando los datos bajen y la teoría nos haga reflexionar hasta el octubre rojo.

Vamos a los bifes.

¿Qué datos nos deja el domingo?

No volvió el fútbol. Y al rugby se juega los sábados. Así que hoy analizamos la evolución del total de votos de Cambiemos y FPV/PJ en todo el país comparando las elecciones PASO 2017 para diputados nacionales con las presidenciales a tres vueltas en 2015: PASO, primera vuelta y ballotage (LPO hizo algo parecido solo con primera vuelta y Animales Sueltos divagó anoche sobre el tema). Esto tiene alguna tirantez metodológica para nosotros los politólog@s, pero vamos a dar nuestros argumentos de por qué elegimos así.

Primero, comparamos elecciones legislativas con ejecutivas nacionales porque consideramos que la campaña 2017 de las primarias tuvo la intención de nacionalizarse por parte del oficialismo, tal como fue escrito en otro sitio. De esa manera, podemos ver apoyos ciudadanos a los candidatos de Cambiemos en comparación con la principal fuerza opositora (FPV/PJ). Segundo, porque ambos actores existieron como tales solo en las elecciones 2015, no así en las legislativas 2013. De modo que ahí sí nos mandaríamos un moco metodológico más grave.

A continuación dejamos dos tablas, una para cada coalición electoral legislativa (Cambiemos y FPV/PJ). Incluimos:

1) una clasificación de las provincias descripta en la nota anterior sobre las PASO;
2) si hubo competencia interna en cada distrito o no;
3) en caso de que sí, cuántas listas;
4) los valores totales de votos para las cuatro elecciones mencionadas (PASO 2017 vs. PASO presidencial; vs. primera vuelta; vs. ballotage 2015)[1]. En color marcado donde se ganaron votos para cada una; y
5) las provincias donde cada coalición electoral salió primero/gano en las cuatro elecciones analizadas, marcado en color correspondiente.

Tómese unos minutos y saque conclusiones. Nosotros seguimos abajo y vemos si coincidimos.




Vamos nosotros ahora.

Cambiemos aumentó el total de votos obtenidos en 21 provincias si se comparan con las PASO 2015, en 15 si se la comparan con primera vuelta y en 1 sola si se la compara con ballotage. Adicionalmente, en este 2017 fue la primera fuerza en 11 provincias (casi la mitad del país): 3 provincias de Alto peso electoral, 3 de Medio y 5 de Bajo peso. Actor metropolitano/bonaerense hoy, mis polainas. Así arrancó en 2015, claro. Pero aprendieron a durar viendo a sus antepasados López Murphy, Fernando “Pino” Solanas, De Narváez y Ricardo Alfonsín. Incluso de los contemporáneos Sergio Massa y Elisa Carrió.

Hay tres casos simbólicos. Santa Cruz fue la única provincia donde viene sumando votos desde las PASO 2015 hasta las PASO 2017 sin perder uno solo. En San Luis lograron desplazar del primer lugar al PJ de la hermandad histórica de Rodríguez Saá, al igual que en La Pampa de los Verna, Jorge y Marín. Igual le pasó al Nequén del MPN. Esto muestra un proceso de crecimiento hacia las provincias periféricas y más alejadas del AMBA, donde nació PRO y donde se juntó con UCR, CC-ARI y amigos. Es por acá, Marcos.

En los distritos metropolitanos de Alto peso electoral donde ya había hecho pie en 2015 (CABA, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza) no tuvo tanto crecimiento en términos de votos totales. De hecho, en los cinco distritos perdió votos si se comparan PASO 2017 vs. primera vuelta presidencial 2015. Pero de las mencionadas, solo en Santa Fe cedió el primer lugar al FPV/PJ. Consolidar lo logrado y extenderse hacia los campos. Salir del departamento en la General Paz rindió.

La contracara parecería ser el mundo de la confederación de partidos provinciales que es la coalición FPV/PJ hoy en día. Si repetimos la comparación de votos hecha anteriormente, da lo siguiente: aumentó sus votos totales en 4 distritos si comparamos vs. PASO presidencial 2015; en 6 si lo hacemos con primera vuelta; y en 1 vs. el ballotage. Este último, sin embargo, es una picardía de investigador: es San Luis y toma en cuenta al peronismo local en 2017.

Las provincias en las que obtuvo el primer lugar se distribuyen de la siguiente manera según impacto electoral: 1 de Alto peso (la ¿recuperada? Santa Fe), 4 de Medio peso y 7 de Bajo peso. Comparando con Cambiemos, no solo hubo retroceso sino que quedaron relegados a las provincias que menos chances tienen de poder reinclinar la balanza de la bipolaridad competitiva hacia su favor. Para colmo de males, el FPV/PJ de La Matanza no se parece tanto al de Salta o Tucumán. La descoordinación aflora.

Hay pérdidas llamativas de votos que se relacionan con la estrategia electoral definida en Provincia de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Tierra del Fuego y Salta[2]. En estos cinco distritos el PJ fue separado del FPV en listas distintas y la proporción perdida fue considerablemente elevada. El precio pagado se ve. Y no es inflación. Aprendieron de la UCR: la fragmentación del FPV/PJ, como la de la de los “radicales” allá por el 2003, está territorializada. Nuevo huérfanos, vaticina Juan Carlos Torre. Nagasaki, dicen @PabloTouzon y @Tintalimon.

¿Qué hacemos estos dos meses?

Esperar. Calmar la ansiedad. Los resultados electorales del domingo no dicen mucho. Tampoco dicen nada. Son información. Que, tal como dice Julia Pomares, ayuda a partidos, candidatos, dirigentes y electores. Y coincidimos.

Ahora, ¿qué dicen? Dicen que Cambiemos hizo las cosas bien para nacionalizarse como coalición electoral competitiva. Logró romper la barrera de algunos distritos imposibles para otras experiencias de acuerdos entre partidos no peronistas. Además, salvo el mediatizado caso de CABA, mantiene a sus socios originales y la convivencia es buena. Los recursos del Estado ayudan a unir y mantener. O, como en el caso del FIT, la organización y la ideología: no es nada despreciable superar la barrera del 1,5% en 21 de 22 provincias donde compitieron en este turno 2017.

Quien paga los platos rotos de una unión que parece contranatura (pero dura) es el Peronismo. Como no podría ser de otra manera para nosotros argentinos, la bipolaridad implica que uno pierde lo que el otro gana. Barajar y dar de nuevo puede evitar una depresión de largo plazo. O a seguir yendo al bazar a buscar platos en promoción.

Porque solo eso pasó. Pasó una PASO. Pero que PASO.




[1] Para las PASO 2017 utilizamos el escrutinio provisorio (pero la ansiedad es más fuerte). Para las elecciones del 2015, sin embargo, se toma en cuenta el definitivo.
[2] En cuatro de los cinco casos mencionados se tomaron en cuenta los votos totales obtenidos en la PASO 2017 de las listas referenciadas con el FPV antes que con el PJ: Unidad Ciudadana (Provincia de Buenos Aires), Frente Córdoba Ciudadana (Córdoba), Frente Ciudadano y Social (Tierra del Fuego) y Frente Ciudadano para la Victoria (Salta). En el caso de Chaco también hubo lista “kirchnerista” (Unidad Ciudadana) por fuera del PJ local pero se tomó en cuenta al oficialismo provincial de “Chaco Merece Más”. Si hubiéramos tomado en cuenta las listas “peronistas” asociadas al PJ provincial, la pérdida de votos no hubiera sido tan alta para los casos de Córdoba (Unión por Córdoba obtuvo el 2° lugar) y Salta (Frente Unidad y Renovación obtuvo el 1° lugar). En cambio, en Provincia de Buenos Aires y Tierra del Fuego el “kirchnerismo” salió mejor ubicado que el “peronismo”. En Chaco ganó el PJ oficial, e igualmente la pérdida fue considerable. Hubiera sido mayor si contabilizábamos votos de “Unidad Ciudadana” (3° lugar con el 7,18% de los votos en el distrito). Linda ensalada.

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