Nota
antes de enfrascarse: el plural no es adrede. Hoy dejamos de lado la esquizofrenia y somos dos los escribimos. Ella, sin embargo, tendrá que pensarse un
personaje. Sugieran por Twitter.
Bueno, ¿arranca o no arranca?
Seguimos buscando respuestas para la pregunta titular. Hace algunas semanas
Leviatán se metió a ver cómo se había organizado la oferta electoral de cara a
las PASO que se celebraron el pasado domingo 13 de agosto. Acá
pueden ver parte de lo debatido. Ahora con el diario del lunes no
solo tenemos alianzas jurídicamente reconocidas: también tenemos datos electorales.
Del escrutinio provisorio, bueno…95% es algo.
Mientras escribimos estas
líneas hay funcionarios desfilando por los medios y en ruedas de prensa
tratando de sacar alguna conclusión de las elecciones del domingo. ¿Se puede?
¡Claro! Si hasta La
Pampa mostró que en la estabilidad hay lugar para conclusiones
preliminares.
Nos agarramos de las
siguientes declaraciones. El honorable Jefe de Gabinete lanzó
dos perlas: “Nos apoyaron más argentinos que en 2015”. Bueno, eso es relativo,
colega politólogo. La pregunta no es “cuántos”, sino “dónde”. La otra: “la
única fuerza nacional es Cambiemos”. Bueno, eso también es para escribir. Que
el Peronismo (referenciado en esta nota con la sigla FPV/PJ) haya retrocedido, esté
desarticulado, sin liderazgo y sin coordinación entre sus elites no implica que
la fuerza predominante ahora pase a ser una sola no peronista. Herminio hubo
uno solo.
Las otras dos puntas de las
que nos agarramos son las notas publicadas por Marcelo
Leiras y Julio
Burdman en sendos diarios y sitios web. Ambos coinciden en que
Cambiemos está en la vía de la nacionalización de sus apoyos electorales. El
primero mantiene la idea de que es una coalición. El segundo de que pasará
inevitablemente a un partido político “cambiemita” por el factor aglutinador de
su discurso y su posterior conversión en ideología partidaria. Coincidimos más
con Marcelo. Pero esta distinción teórica quedará para los próximos días. Cuando
los datos bajen y la teoría nos haga reflexionar hasta el octubre rojo.
Vamos a los bifes.
¿Qué
datos nos deja el domingo?
No volvió el fútbol. Y al
rugby se juega los sábados. Así que hoy analizamos la evolución del total de
votos de Cambiemos y FPV/PJ en todo el país comparando las elecciones PASO 2017
para diputados nacionales con las presidenciales a tres vueltas en 2015: PASO,
primera vuelta y ballotage (LPO hizo
algo parecido solo con primera vuelta y Animales Sueltos divagó anoche sobre el
tema). Esto tiene alguna tirantez metodológica para nosotros los politólog@s,
pero vamos a dar nuestros argumentos de por qué elegimos así.
Primero, comparamos elecciones
legislativas con ejecutivas nacionales porque consideramos que la campaña 2017
de las primarias tuvo la intención de nacionalizarse por parte del oficialismo,
tal
como fue escrito en otro sitio. De esa manera, podemos ver
apoyos ciudadanos a los candidatos de Cambiemos en comparación con la principal
fuerza opositora (FPV/PJ). Segundo, porque ambos actores existieron como tales
solo en las elecciones 2015, no así en las legislativas 2013. De modo que ahí
sí nos mandaríamos un moco metodológico más grave.
A continuación dejamos dos
tablas, una para cada coalición electoral legislativa (Cambiemos y FPV/PJ). Incluimos:
2) si hubo competencia interna
en cada distrito o no;
3) en caso de que sí, cuántas
listas;
4) los valores totales de
votos para las cuatro elecciones mencionadas (PASO 2017 vs. PASO presidencial;
vs. primera vuelta; vs. ballotage
2015)[1]. En color marcado donde se
ganaron votos para cada una; y
5) las provincias donde cada
coalición electoral salió primero/gano en las cuatro elecciones analizadas,
marcado en color correspondiente.
Tómese unos minutos y saque
conclusiones. Nosotros seguimos abajo y vemos si coincidimos.
Vamos nosotros ahora.
Cambiemos aumentó el total de
votos obtenidos en 21 provincias si se comparan con las PASO 2015, en 15 si se
la comparan con primera vuelta y en 1 sola si se la compara con ballotage. Adicionalmente, en este 2017
fue la primera fuerza en 11 provincias (casi la mitad del país): 3 provincias de Alto peso electoral, 3 de Medio y 5 de Bajo peso. Actor metropolitano/bonaerense hoy, mis polainas. Así
arrancó en 2015, claro. Pero aprendieron a durar viendo a sus antepasados López
Murphy, Fernando “Pino” Solanas, De Narváez y Ricardo Alfonsín. Incluso de los
contemporáneos Sergio Massa y Elisa Carrió.
Hay tres casos simbólicos.
Santa Cruz fue la única provincia donde viene sumando votos desde las PASO 2015
hasta las PASO 2017 sin perder uno solo. En San Luis lograron desplazar del
primer lugar al PJ de la hermandad histórica de Rodríguez Saá, al igual que en
La Pampa de los Verna, Jorge y Marín. Igual le pasó al Nequén del MPN. Esto
muestra un proceso de crecimiento hacia las provincias periféricas y más
alejadas del AMBA, donde nació PRO y donde se juntó con UCR, CC-ARI y amigos. Es por acá, Marcos.
En los distritos
metropolitanos de Alto peso
electoral donde ya había hecho pie en 2015 (CABA, Provincia de Buenos Aires,
Córdoba, Santa Fe y Mendoza) no tuvo tanto crecimiento en términos de votos
totales. De hecho, en los cinco distritos perdió votos si se comparan PASO 2017
vs. primera vuelta presidencial 2015. Pero de las mencionadas, solo en Santa Fe
cedió el primer lugar al FPV/PJ. Consolidar lo logrado y extenderse hacia los
campos. Salir del departamento en la General Paz rindió.
La contracara parecería ser el
mundo de la confederación de partidos provinciales que es la coalición FPV/PJ
hoy en día. Si repetimos la comparación de votos hecha anteriormente, da lo
siguiente: aumentó sus votos totales en 4 distritos si comparamos vs. PASO
presidencial 2015; en 6 si lo hacemos con primera vuelta; y en 1 vs. el ballotage. Este último, sin embargo, es
una picardía de investigador: es San Luis y toma en cuenta al peronismo local en
2017.
Las provincias en las que
obtuvo el primer lugar se distribuyen de la siguiente manera según impacto
electoral: 1 de Alto peso (la
¿recuperada? Santa Fe), 4 de Medio
peso y 7 de Bajo peso. Comparando
con Cambiemos, no solo hubo retroceso sino que quedaron relegados a las
provincias que menos chances tienen de poder reinclinar la balanza de la
bipolaridad competitiva hacia su favor. Para colmo de males, el FPV/PJ de La
Matanza no se parece tanto al de Salta o Tucumán. La descoordinación aflora.
Hay pérdidas llamativas de
votos que se relacionan con la estrategia electoral definida en Provincia de
Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Tierra del Fuego y Salta[2]. En estos cinco distritos
el PJ fue separado del FPV en listas distintas y la proporción perdida fue
considerablemente elevada. El precio pagado se ve. Y no es inflación. Aprendieron
de la UCR: la fragmentación del FPV/PJ, como la de la de los “radicales” allá
por el 2003, está territorializada. Nuevo huérfanos, vaticina
Juan Carlos Torre. Nagasaki, dicen @PabloTouzon y @Tintalimon.
¿Qué
hacemos estos dos meses?
Esperar. Calmar la ansiedad.
Los resultados electorales del domingo no dicen mucho. Tampoco dicen nada. Son
información. Que, tal como dice
Julia Pomares, ayuda a partidos, candidatos, dirigentes y
electores. Y coincidimos.
Ahora, ¿qué dicen? Dicen que
Cambiemos hizo las cosas bien para nacionalizarse como coalición electoral
competitiva. Logró romper la barrera de algunos distritos imposibles para otras
experiencias de acuerdos entre partidos no peronistas. Además, salvo el
mediatizado caso de CABA, mantiene a sus socios originales y la convivencia es
buena. Los recursos del Estado ayudan a unir y mantener. O, como en el caso del
FIT, la organización y la ideología: no es nada despreciable superar la barrera
del 1,5% en 21 de 22 provincias donde compitieron en este turno 2017.
Quien paga los platos rotos de
una unión que parece contranatura (pero dura) es el Peronismo. Como no podría
ser de otra manera para nosotros argentinos, la bipolaridad implica que uno
pierde lo que el otro gana. Barajar y dar de nuevo puede evitar una depresión
de largo plazo. O a seguir yendo al bazar a buscar platos en promoción.
Porque solo eso pasó. Pasó una
PASO. Pero que PASO.
[1] Para las PASO 2017
utilizamos el escrutinio provisorio (pero la ansiedad es más fuerte). Para las
elecciones del 2015, sin embargo, se toma en cuenta el definitivo.
[2] En cuatro de los cinco
casos mencionados se tomaron en cuenta los votos totales obtenidos en la PASO
2017 de las listas referenciadas con el FPV antes que con el PJ: Unidad
Ciudadana (Provincia de Buenos Aires), Frente Córdoba Ciudadana (Córdoba),
Frente Ciudadano y Social (Tierra del Fuego) y Frente Ciudadano para la
Victoria (Salta). En el caso de Chaco también hubo lista “kirchnerista” (Unidad
Ciudadana) por fuera del PJ local pero se tomó en cuenta al oficialismo
provincial de “Chaco Merece Más”. Si hubiéramos tomado en cuenta las listas
“peronistas” asociadas al PJ provincial, la pérdida de votos no hubiera sido
tan alta para los casos de Córdoba (Unión por Córdoba obtuvo el 2° lugar) y
Salta (Frente Unidad y Renovación obtuvo el 1° lugar). En cambio, en Provincia
de Buenos Aires y Tierra del Fuego el “kirchnerismo” salió mejor ubicado que el
“peronismo”. En Chaco ganó el PJ oficial, e igualmente la pérdida fue
considerable. Hubiera sido mayor si contabilizábamos votos de “Unidad
Ciudadana” (3° lugar con el 7,18% de los votos en el distrito). Linda ensalada.
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