En abril de 2019 nos pusimos académicos. Magna Inacio, colega coalicionóloga,
y Aglaé Tumelero me invitaron a
escribir para el blog de Pex Network, parte del proyecto que
lideran sobre poderes ejecutivos, presidentes y gabinetes, excelente
iniciativa. Salió un resumen de la tesis doctoral, que resultó terminar después
en un paper
publicado en Revista SAAP. Es algo largo, pero me encantó escribirlo para
formato blog. Tiene todos los chiches: tablitas, gráficos y coaliciones, obvio.
Apilar las cartas (para que no se caiga).
Construcción de coaliciones electorales en Argentina, 1995-2015.
Facundo
Cruz[1]
Los
partidos políticos son organizaciones relativamente estables. Algunos duran
más, otros menos, otros demasiado poco y otros lo suficiente. Como tales, se
nutren de dirigentes, militantes, funcionarios públicos y líderes que trazan
una determinada estrategia para sostenerse en el tiempo. Para lograr los
objetivos propuestos, necesitan de recursos políticos de distinto tipo, de los
cuales se destacan dos muy importantes: recursos humanos encargados de llevar a
cabo las campañas electorales y recursos monetarios provistos por el
financiamiento (público o privado).
¿Qué
ocurre cuando los que compiten son muchos? ¿Cómo pueden sobrevivir si lo
disponible para repartir es limitado? Si no todos tienen la misma fortaleza
electoral para hacerlo, ¿cuál es la clave para alcanzar sus objetivos
organizacionales? Acuerdan. Logran consensos. Forman coaliciones.
De
esto trata este post. Es una síntesis de un paper en producción nacido de mi
tesis doctoral, la cual se centra en las decisiones estratégicas que toman las
elites partidarias a la hora de construir coaliciones electorales en sistemas
partidarios multinivel. Estos procesos políticos pueden ser entendidos como un
castillo de naipes (house of cards):
las cartas se van uniendo, apoyadas unas en otras y permitiendo que se apilen
niveles de distintas cartas unas arriba de otras hasta llegar a formar la
pirámide.
Argentina
no escapa a esta tendencia regional. La construcción coalicional se ha
acrecentado como una respuesta estratégica al proceso de “territorialización”
partidaria que ha caracterizado al país en las últimas dos décadas (Calvo y
Escolar 2005, Leiras 2007, Varetto 2017). Un sistema partidario
desnacionalizado aumenta los incentivos para que se formen coaliciones electorales.
Las elites partidarias, de esta manera, toman determinadas decisiones para
lograr sus propios objetivos individuales y para que las organizaciones
partidarias de las que forman parten sobrevivan. Al hacerlo, pueden seguir dos
modelos posibles: acordar por difusión
territorial, o bien por penetración
territorial (Panebianco 1990). Cada camino impacta en el grado de acuerdo
que alcanzan las elites: mientras que las primeras tienden a lograr mayor grado
de acuerdo entre los partidos que las integran, las segundas logran menores.
El
artículo se organiza de esta manera. Primero, sintetizo algunos supuestos
teóricos básicos. Segundo, menciono algunas pautas metodológicas del trabajo.
Tercero, resumo los hallazgos empíricos. Y cuarto, dejo abiertas algunas
puertas de investigación futura (las cuales habrá que cruzar).
Teoría para estudiar coaliciones
electorales multinivel
Las
coaliciones electorales pueden construirse por penetración territorial. En estos casos, la construcción de la
coalición se realiza desde un centro político que controla, estimula y
desarrolla su crecimiento y extensión hacia la periferia. Ese “centro político”
está asociado geográficamente a un determinado distrito desde el cual se buscar
dar el “salto” de la coalición hacia otras provincias o regiones, para aumentar
el caudal electoral y posicionar a los candidatos, el programa de gobierno, el
logo, etc. Está representado en una mesa directiva de dirigentes que define los
plazos, las etapas y los tiempos en los cuales se procede para extenderla en el
resto de los distritos. Adicionalmente, este crecimiento territorial se realiza
sobre una estructura política que no siempre está presente en la mayor parte de
los distritos.
En
este proceso de construcción la relación entre el “centro político” y los
dirigentes de otros distritos es asimétrica: es el primero el que tiene
capacidad y autonomía decisora para definir candidaturas, (la mayoría de) los
miembros de la coalición y el programa de gobierno, por ejemplo. A medida que
la coalición se va extendiendo hacia otros distritos, quienes son los
responsables provinciales de conformarla siguen los lineamientos generales
establecidos en el centro. Esto no implica que los acuerdos partidarios que se
conformen en otras provincias tengan nula capacidad decisora, sino que las
cuestiones más relevantes que definen los plazos, las pautas y las reglas de
construcción de la coalición multinivel son fijadas mayormente por el “centro
político”.
Un
modelo alternativo de construcción de la coalición es por difusión territorial. A diferencia del anterior, en estos casos la
conformación del acuerdo se da por “generación espontánea” (Panebianco 1990,
110) entre los distintos partidos políticos que lo conforman. El modelo de
construcción se lleva a cabo sobre una estructura política que ya se encuentra
extendida en el territorio nacional. Las elites nacionales y provinciales
acuerdan un nombre y un logo para la coalición, definen las candidaturas a
distintos cargos en juego, establecen las reglas de convivencia, etc. Este
proceso se lleva a cabo en una gran cantidad de distritos posibles de manera
simultánea. Estas elites con asiento en las provincias deciden darle forma al
acuerdo nacional, el cual queda se integra con acuerdos locales.
En
este tipo de construcciones también hay un fuerte componente territorial pero,
a diferencia del anterior, en el modelo de difusión no hay un alto grado de
control de parte de un “centro”. Los partidos que conforman la coalición en
cada distrito tienen un mayor grado de autonomía y capacidad decisora para
definir cuestiones relevantes, como pueden ser las candidaturas en el distrito,
la adaptación de la plataforma de gobierno al distrito específico, etc. Existen
ciertos lineamientos generales establecidos que deben ser respetados por todos
los distritos, pero se deja un mayor margen de acción a cada uno. El “bastión
electoral” no es uno solo, sino que son varios los distritos desde los cuales
se construye la coalición electoral multinivel. De esta forma, la relación entre
las elites partidarias que integran la coalición es más simétrica: hay balance
y equilibrio entre todos los distritos en los cuales se conforma el acuerdo.
El gráfico y la tabla a continuación permiten visualizar el esquema teórico planteado.
Gráfico N° 1. Construcción
de coaliciones electorales multinivel por penetración y por difusión
territorial
Fuente: Cruz
(2019).
Tabla N° 1. Principales diferencias entre el modelo de penetración territorial y el modelo de difusión territorial.
Síntesis metodológica[2]
Este
trabajo se inscribe en una línea de investigación que destaca la importancia de
estudiar fenómenos políticos complejos con N
chico (George y Bennet 2005, Goertz y Mahoney 2012). Esto adquiere relevancia
al estudiar política subnacional (Suárez-Cao, Batlle y Wills-Otero 2017) o
multinivel: se pueden obtener inferencias causales válidas con un alto
conocimiento de los casos estudiados. A partir del marco teórico desarrollado,
planteo indagar en las 25 coaliciones electorales presidenciales para hacer foco
en la relación entre el modelo de construcción coalicional y las estrategias de
competencia definidas por las elites partidarias. Estos casos 1) compitieron
entre 1995 y 2015 por los cargos de Presidente y Vicepresidente, y de diputados
nacionales, que 2) obtuvieron más del 1,5% de los votos válidos emitidos.
Grado de acuerdo electoral
alcanzado
Esta
variable busca capturar la estrategia electoral privilegiada por las elites
partidarias. La construyo a partir de observar cada uno de los 25 casos de
estudio en las 24 provincias del país para la competencia por el cargo de
diputados nacionales entre 1995 y 2015 (total de 600 observaciones). Comparo
integrantes de la coalición electoral presidencial versus integrantes de la
coalición electoral legislativa: las unidades de observación son los partidos
integrantes de los acuerdos que se presentan como tales ante la justicia
electoral argentina y reconocidos por la legislación. Propongo una medida
alternativa a la comúnmente utilizada en la literatura predominante (Cruz 2014)
denominada grado de acuerdo electoral: tomo en cuenta de manera agregada si en
el nivel de distrito (provincial) los integrantes de las coaliciones
electorales presidenciales forman también una coalición electoral legislativa
para diputados nacionales. En este sentido, observo y evalúo el nivel
subnacional respecto del nivel nacional de competencia.
Modelo de construcción
coalicional
El
modelo de construcción coalicional guarda una relación directa con el grado de
acuerdo alcanzado por las elites partidarias. Para determinar en qué medida las
coaliciones se forman por difusión
territorial o por penetración
territorial tomo en cuenta dos dimensiones.
En
primer lugar, la mesa directiva de una coalición electoral multinivel: el conjunto
de dirigentes que adoptan las decisiones estratégicas de la coalición. Ésta
puede estar concentrada en un grupo reducido de bastiones electorales o puede distribuirse
entre varios: mientras la mesa directiva concentre mayor cantidad de dirigentes
de una provincia específica, más desequilibrada estará y será más
desbalanceada; mientras que, si está más distribuida entre varios distritos,
entonces será más balanceada. Un mayor balance contribuye a que el grado de
acuerdo multinivel alcanzado por los actores sea mayor, mientras que el
desbalance lo reduce.
La
segunda dimensión del modelo de construcción coalicional es la estructura
política con la que cuentan los socios. Todo acuerdo entre partidos políticos
que buscan competir por determinados cargos públicos en juego necesita de
organizaciones partidarias que estén localizadas en el territorio para
presentar candidatos, movilizar el electorado, distribuir recursos, etc. Las
elites partidarias que toman las decisiones estratégicas sobre la coalición
electoral multinivel necesitan de una estructura partidaria para poder
competir. Si la estructura partidaria está bien distribuida en el territorio,
entonces se asocia al modelo de difusión
territorial; caso contrario, seguirán el modelo de penetración territorial.
De la combinación de ambas dimensiones surge este esquema para ordenar los casos según el modelo de construcción coalicional.
Gráfico N° 2.
Combinación de dimensiones mesa directiva y estructura política.
Fuente: elaboración propia.
La relación entre el modelo de
construcción coalicional y el grado de acuerdo multinivel alcanzado
¿En
qué medida existe una relación entre el modelo de construcción coalicional y el
grado de acuerdo electoral alcanzado por las elites partidarias? Tal como
mencioné anteriormente, la mesa directiva y la estructura política con la que
las elites partidarias arman la coalición me permiten clasificar a los casos
según un modelo de difusión territorial
o de penetración territorial. En la
siguiente tabla especifico este punto.
Tabla
N° 2.
Clasificación de los 25 casos según su mesa directiva, su estructura política y
su modelo de construcción coalicional.
Tabla N° 3. Relación entre el modelo de construcción
coalicional y el grado de acuerdo multinivel alcanzado para los 25 casos.
En
un panorama general, las coaliciones que se formaron siguiendo el modelo de difusión territorial alcanzaron grados
de acuerdo multinivel alto o medio alto (9 de los 13 casos, 69% del total). En
contraposición, en todos los casos donde las elites partidarias que
privilegiaron la formación de sus coaliciones por penetración territorial se logaron grados medio-bajos o bajos (100%
de los casos). Solamente 4 casos son contradictorios (MFRC, ARI, FIT 11 y FIT
15). Los cuales, a su vez, se suman al grupo acuerdos partidarios de bajo
grado.
La
asociación entre el modelo de construcción coalicional y el grado de acuerdo
alcanzado por las elites partidarias guarda relación con la distribución de los
casos en cuatro grupos. La mayoría de las coaliciones peronistas siguieron un
modelo de construcción por difusión
territorial. Este hallazgo está matizado por un elemento no menor en el
período estudiado en este trabajo: de los 20 años que transcurrieron entre 1995
y 2015, en 18 años el peronismo ocupó el rol de oficialismo nacional. Las
coaliciones del Partido Justicialista (ConPJ 1999 y FPV 2007, 2011 y 2015)
alcanzaron un grado alto o medio-alto de acuerdo multinivel mientras fueron los
ocupantes de la Casa Rosada. El peso de ser oficialismo nacional puede ser un
factor relevante de impacto: el oficialismo ordenó los acuerdos electorales
multinivel, especialmente en lo que respecta a las listas de diputados
nacionales. Al menos, en el caso del peronismo.
Los
casos de coaliciones electorales multinivel no peronistas, en cambio,
presentaron pequeñas diferencias que las distinguen de las anteriores. Son los
casos del FREPASO (1995), la Alianza (1999), ConUNA (2007), Cambiemos y
Progresistas (2015). Todos estos fueron casos que se presentaron como férreos
competidores del oficialismo de turno, aunque no en todos ellos los resultados
electorales hayan sido los esperados por sus dirigentes. Como puntos en común,
todas estas coaliciones presentaron grados de acuerdo multinivel altos o medios
altos. Salvo pequeñas diferencias, todas las mencionadas presentaron
estructuras políticas bien distribuidas en el territorio y mesas directivas
balanceadas en términos de su representación territorial. Sin embargo, lo más
destacado y que se contrapone al caso de las coaliciones formadas por el
peronismo es que estos cinco casos se formaron en la oposición al gobierno
nacional. Motivo por el cual, si al Partido Justicialista le resultó útil
ocupar el Sillón de Rivadavia para ordenar a la tropa, en el caso de los
dirigentes no peronistas los acuerdos se alcanzaron a pesar de estar fuera de
la Casa Rosada y de ir cambiando su morfología interna[4].
La
última regularidad que quiero destacar es en tres agrupamientos de casos
distintas: las coaliciones peronistas disidentes (MPUyL, FJUyL, CompFed11 y 15,
FP y UNA), las formadas por nuevos actores partidarios (APR, ARI y MFRC) y las
integradas por partidos trotskistas (FIT 11 y 15). Los primeros refuerzan la
asociación entre el modelo de construcción por penetración territorial y un
bajo grado de acuerdo multinivel. Valga la redundancia, los dirigentes que
impulsaron estas coaliciones lo hicieron desde distritos específicos del país
aprovechando los recursos políticos provistos por una gobernación (San Luis en
el caso de MPUyL, FJUyL, y CompFed11 y 15) o bien cierto grado de desarrollo
político concentrado en una provincia (Buenos Aires para UNA y FP). Desde estos
bastiones electorales fue que un conjunto reducido de dirigentes peronistas
disidentes con estructuras partidarias propias y un grupo acotado de aliados
nacionales con escaso peso electoral intentaron competir contra el oficialismo
de turno: el Frente para la Victoria (FPV). En lo que respecta a los dos
agrupamientos restantes, salvo el caso de APR, todas las demás coaliciones
entran dentro de los casos contradictorios. Esto es, o bien conformaron una
estructura política extendida en el territorio, y una mesa directiva balanceada
y concentrada (ARI), o viceversa (MFRC, FIT 11 y 15). Cualquiera sea el caso,
en ambos grupos son notorias las dificultades que tuvieron sus dirigentes para
lograr un alto grado de acuerdo multinivel en un escenario de
desnacionalización partidaria sostenido con posterioridad al 2001 (Calvo y
Escolar 2005, Varetto 2017).
Conclusiones
El
objetivo de este post se centró en sintetizar los hallazgos de un paper en
producción que busca encontrar la relación entre el modelo de construcción
coalicional y el grado de acuerdo multinivel alcanzado por las elites
partidarias que los impulsaron.
Entre
los principales hallazgos, puedo indicar que existe una relación entre las
variables desarrolladas. Si bien la asociación es más fuerte entre el modelo de
penetración territorial y un bajo
grado de acuerdo multinivel (100% de los casos identificados), uno puede
considerar que las coaliciones que se forman por difusión territorial tienen a
lograr mayores grados de acuerdo (67%). La cantidad de casos que no siguen lo
propuesto en el marco teórico (4 casos, 31%) o bien son presentados como
contradictorios (4 casos) no debilitan la relación planteada.
Este
trabajo deja abierta una agenda de investigación en dos líneas posibles. En
primer lugar, profundizar los casos estudiados a partir de la configuración de
condiciones causales que produzcan un determinad fenómeno. Esto es, cuál es la
combinación de condiciones que favorecen o perjudican grados de acuerdo
multinivel altos. Para ello, resulta conveniente avanzar hacia el método
cualitativo comparado (QCA). En segundo lugar, precisar sobre casos específicos
que presenten modelos contrapuestos de construcción y lleguen a resultados
también diferentes. Para ello, resultará necesario aplicar el método
configuracional comparado junto al process-tracing.
Porque, en definitiva, el estudio de las coaliciones, sus tipos y sus procesos
formativos aún deja tela para cortar en América Latina.
Bibliografía
Calvo,
Ernesto y Marcelo Escolar. 2005. La nueva
política de partidos en la Argentina. Crisis política, realineamiento
partidarios y reforma electoral. Buenos Aires: Prometeo - PENT.
Cruz,
Facundo. 2014. “¿Socios de menor nivel? Aportes para el estudio de las
coaliciones subnacionales en sistemas políticos multinivel”. Revista Uruguaya de Ciencia Política 23
(1): 11-39.
Cruz,
Facundo. 2019. Socios pero no tanto.
Partidos y coaliciones en Argentina, 2003-2015. Buenos
Aires: Eudeba.
George, Alexander y Adrew Bennett. 2005. Case Studies and the Development of Theory.
Cambridge: The MIT Press.
Goertz, Gary y James Mahoney. 2012. A Tale of Two Cultures: Qualitative and
Quantitative Research in the Social Sciences. Princeton:
Princeton University Press.
Leiras,
Marcelo. 2007. Todos los caballos del
rey. La integración de los partidos políticos y el gobierno democrático en la
Argentina, 1995-2003. Buenos Aires: Prometeo.
Panebianco,
Angelo. 1990. Modelos de partidos.
Organización y poder en los partidos políticos. Madrid: Alianza.
Suárez
Cao, Julieta, Margarita Batlle y Laura Wills-Otero. 2017. “El auge de los
estudios sobre la política subnacional en latinoamérica”. Revista Colombia Internacional 90 (abril-junio): 15-34.
Varetto,
Carlos. 2017. Las múltiples vidas del
sistema de partidos en Argentina. Villa María: Eduvim.
[1] Facundo Cruz es Doctor en Ciencia
Política por la Universidad Nacional de San Martín. Actualmente se desempeña
como Coordinador Académico del Departamento de Gobierno en la Universidad
Argentina de la Empresa. Es Profesor e Investigador en la Universidad de Buenos
Aires y la Universidad Torcuato Di Tella. Sus áreas de estudio se centran en
las coaliciones políticas, los partidos políticos y la competencia electoral.
[2] Para un desarrollo detallado pueden
ingresar a la sección correspondiente en la tesis doctoral (http://bit.ly/2UutWsc).
[3] Para un detalle de los casos, remitirse
a la tesis doctoral (Tabla N° 6, pp. 111, en http://bit.ly/2UutWsc).
[4] No todas las coaliciones estuvieron formadas por los mismos partidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario